Moscú endureció el sábado las penas por los delitos cometidos en tiempos de movilización militar, castigando la rendición voluntaria o la negativa a combatir con hasta diez años de prisión, al tiempo que sustituyó a su máximo responsable de logística tras una serie de reveses en su ofensiva en Ucrania.
Las nuevas enmiendas y el cambio en el Estado Mayor se produce en medio de una importante campaña de movilización militar en Rusia y en un contacto de dificultades logísticas para Moscú en el conflicto, en el que Kiev está recuperando cada vez más territorio.
"El general Dmitri Bulgakov fue relevado en sus funciones como viceministro de Defensa" y será sustituido por el coronel general Mikhail Mizintsev, de 60 años, informó el Ministerio de Defensa.
El anuncio también llegaba en el segundo día de celebración de referéndums en las regiones del este y el sur de Ucrania, controladas por el Kremlin, sobre su anexión a Rusia.
La movilización anunciada por Putin el miércoles será probablemente uno de sus primeros grandes retos logísticos, ya que los cientos de miles de reservistas convocados deberán ser equipados y entrenados antes de su despliegue.
Muchos hombres en edad militar se apresuran a abandonar el país, como muestran vuelos de salida llenos y la fuerte afluencia de rusos en los países fronterizos con Rusia, como Kazajistán, Mongolia o Georgia, donde 2.300 vehículos privados esperaban para ingresar este sábado, según dijeron las autoridades regionales rusas.
"Estábamos hablando con nuestros amigos y muchos están pensando en irse", dijo Daria, de 22 años, después de huir de Rusia a Estambul junto con muchos de sus compatriotas. "No todos querían irse en febrero. La decisión (de movilización) del 21 de septiembre obligó a muchos a pensarlo de nuevo", agregó.
Más de 700 personas fueron detenidas en las protestas del sábado contra la movilización, según el grupo de seguimiento independiente OVD-Info.
Otra ley, también firmada el sábado, facilita la ciudadanía rusa a los extranjeros que se alistan en el ejército ruso.
'Farsa'
La votación para decidir si Rusia debe anexionarse cuatro regiones de Ucrania comenzó el viernes, siete meses después de la invasión de las tropas de Moscú.
Los referendos se celebran en las zonas controladas por Rusia en Donetsk y Lugansk, en el este, y Jersón y Zaporiyia, en el sur.
El viernes los países del G7 afirmaron que los comicios "nunca" serán reconocidos y que no tienen "ningún efecto legal ni legitimidad".
"Los referendos de Rusia son una farsa, un falso pretexto para intentar anexionarse partes de Ucrania por la fuerza, en flagrante violación del derecho internacional", dijo el presidente estadounidense Joe Biden.
"La rusofobia oficial en Occidente no tiene precedentes, su alcance es grotesco", se quejó el sábado el jefe de la diplomacia rusa, Sergéi Lavrov, acusando a Estados Unidos de tomarse "por un enviado de Dios en la Tierra".
Pero hasta China, el más cercano aliado de Moscú desde el inicio de la guerra, ha reaccionado a los referendos con aprensión. El ministro de Exteriores, Wang Yi, dijo el viernes que "la soberanía e integridad territorial de todos los países debe ser respetada" y el sábado llamó a Rusia y Ucrania a evitar que el conflicto se "desborde".
La anexión de las cuatro regiones a Rusia representaría una importante escalada del conflicto, ya que Moscú consideraría cualquier movimiento militar allí como un ataque a su propio territorio.
Sin legitimidad
Los referéndums se anunciaron justo esta semana después de que una contraofensiva ucraniana recuperara la mayor parte del noreste de la región de Járkov, devolviendo a Kiev el control de cientos de localidades tras meses de ocupación rusa.
El mal tiempo y la dura resistencia rusa hicieron que la contraofensiva de Ucrania se ralentizara el sábado en Kupiansk, en la región oriental de Járkov.
"Por ahora, la lluvia dificulta el uso de armas pesadas en todas partes. Solo podemos usar caminos asfaltados", dijo a la AFP el sargento del ejército ucraniano Roman Malina.
Irpin, cerca de la capital, fue recapturada después de semanas de lucha y los residentes se han unido para comenzar la reconstrucción antes de que llegue el invierno.
Por su parte, investigadores de la ONU acusaron el viernes a Rusia de cometer crímenes de guerra en Ucrania, enumerando bombardeos, ejecuciones, torturas y actos de violencia sexual, en línea con las conclusiones de Kiev tras exhumar centenares de cuerpos hallados cerca de la ciudad de Izium.
El Kremlin, mientras, acusa a Kiev de fabricar pruebas de supuestos crímenes de guerra.
Putin aseguró esta semana que protegería el territorio ruso por "todos los medios", mientras que el expresidente y actual número dos del Consejo de Seguridad del país, Dmitri Medvedev, señaló que esto implicaría inclusive el uso de "armas nucleares estratégicas".