Rusia volvió a batir este martes su récord de muertes por COVID-19 en 24 horas, en medio de una ola de la variante delta y con una programa de vacunación que avanza muy lentamente.
En las últimas 24 horas, fallecieron 852 personas enfermas de COVID-19, según el balance diario publicado por el gobierno.
El anterior récord, de 828 decesos, había sido registrado el pasado viernes.
Rusia es, en términos absolutos, el país de Europa más golpeado por la pandemia con 205.531 fallecidos, según las cifras del gobierno.
La agencia estadística rusa Rosstat, que emplea una definición más amplia de las muertes causadas por el COVID, cifraba en más de 350.000 los decesos vinculados a la pandemia a finales de julio de 2021.
Desde junio, Rusia se ha visto castigada por la contagiosa variante delta y no consigue contener su progresión.
El número de nuevos casos diarios ronda los 20.000 desde hace casi dos semanas. El martes, se habían reportado 21.559 nuevos casos.
Pese a que se han producido varios fármacos locales, la vacunación avanza muy lentamente y, según un recuento de la web Gogov, solo un 28,6% de la población rusa dispone de la pauta completa.
Además, las autoridades han optado por evitar las medidas sanitarias restrictivas, con el fin de proteger la economía, que lleva años estancada.
La mascarilla, que todavía es obligatoria, se usa poco en lugares públicos y las indicaciones de distancia social raramente se respetan.
La ciudad de Moscú, epicentro de la pandemia en Rusia, reconoció la semana pasada una segunda ola de la variante delta tras la vivida a principios de verano, con un aumento del 24% en contagios y del 15% en hospitalizaciones en una semana.