AFP

La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, aseguró este viernes que "no hay base real" que justifique su pedido de salida del gobierno en momentos en que el país atraviesa una severa crisis política y está sacudido por escándalos de corrupción.

"La renuncia es un acto voluntario, aquellos que quieren la renuncia están reconociendo que no hay una base real para pedir mi salida de ese cargo", declaró en rueda de prensa Rousseff, la mandataria izquierdista que enfrenta la posibilidad de que se abra en el Congreso un juicio político en su contra.

Por otra parte, Rousseff declaró este viernes que sería "un gran orgullo" tener a su antecesor y padrino político Luiz Inacio Lula da Silva en su gabinete, aunque no adelantó si lo nombraría en algún ministerio.

"Sería un gran orgullo tener al presidente Lula en mi gobierno porque es una persona con experiencia, gran capacidad política", señaló. Como ministro, Lula quedaría automáticamente aforado ante la justicia.

Publicidad