Río de Janeiro, una de las regiones más azotadas por la pandemia del coronavirus, aplicó este lunes, a los pies del Cristo Redentor, la emblemática imagen de Brasil en el mundo, las primeras dosis de la vacuna contra el COVID-19 a una enfermera de 59 años y una anciana negra de 80.

Con el Redentor como testigo y la puesta de sol de fondo, la enfermera Dulcinea da Silva recibió la primera vacuna del más emblemático estado de Brasil.

Seguidamente otra dosis fue aplicada a Teresinha da Conceiçao, una anciana negra que vive en un albergue, por su condición de vulnerabilidad social, y quien no pudo contener las lágrimas de la emoción al recibir el antígeno.

Las mujeres fueron escogidas para ser el ejemplo de la inmunización en Río de Janeiro, por estar en la primera línea de lucha contra el covid y por pertenecer a un grupo de riesgo prioritario para la enfermedad.

Da Silva es técnica de enfermería en el Hospital Municipal Ronaldo Gazolla, unidad de referencia de la capital fluminense en la lucha contra el virus, y Da Conceiçao, además de pertenecer al grupo prioritario, representa a la población más vulnerable de Río, pues fue acogida en un albergue estatal hace cinco años tras quedar en la calle luego de perder su casa, demolida por estar construida en una zona de riesgo.

Problemas de logística

El atraso en la entrega de las dosis por parte del Ministerio de Salud amenazó el simbólico evento, en el que participaron el gobernador Carlos Castro y el alcalde de la "cidade maravilhosa", Eduardo Paes.

El acto estaba programado para las 17.00 horas pero empezó hora y media después, tras un maratónico traslado de las primeras dosis desde Sao Paulo.

Los problemas en la logística de la cartera de Salud para la distribución de los inmunizantes obligó al gobernador de Río a adelantar una pequeña cantidad en un vuelo comercial para poder iniciar este mismo lunes la inmunización.

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