Por AFP/T13.cl
Ilich Ramírez Sánchez es de esos terroristas cuya leyenda provoca romanticismo y atractivo, lo que se ha traducido en películas, series y libros sobre su vida. Mucho tiene que ver en eso que alguna vez sobre él recayera el rótulo de "el más buscado del mundo".
Carlos o "El Chacal", como también se le conoce a este venozolano de 67 años, ha vuelto a comparecer frente a los tribunales franceses, esta vez por su responsabilidad en un atentado con granada en París en 1974, donde dos personas murieron y 34 heridos.
"Revolucionario de profesión" contestó cuando los jueces le consultaron a qué se dedicaba.
Vestido con una elegante chaqueta negra y un pañuelo rojo de bolsillo, Carlos ingresó a la sala de audiencias sonriente, saludando con un beso en la mano a su abogada, Isabelle Coutant-Peyre, con quien contrajo matrimonio religioso en 2011, antes de lanzar un beso a los periodistas.
Procesado por cargos de "asesinato e intento de asesinato, daño de propiedad y transporte de material de guerra, en relación a una empresa terrorista", se enfrenta a una nueva condena a cadena perpetua.
De ser encontrado culpable, sería la tercera que recibe.
En 1997 lo condenaron por asesinar a dos agentes secretos franceses y en 2013 por cuatro atentados cometidos en Francia, cuyo saldo fue de 11 personas muertos y alrededor de 200 heridas.
Ramírez Sánchez fue capturrado en 1994, en Sudán
No descarta regresar a Venezuela
Sentado tras un cristal blindado, acompañado de tres policías, Carlos asumió con orgullo su pasado de "guerrero revolucionario". "Nadie ha ejecutado a tantas personas como yo en la resistencia palestina. En todos los combates hay víctimas colaterales", expuso, sin remordimientos.
Al ser inquirido sobre las razones por las cuales escogió esta lucha y no una sudamericana, el acusado respondió: "No fui yo quien eligió. Fui elegido. Son circunstancias históricas".
"Me gusta la gente. Soy una persona buena, no me gusta la violencia", afirmó el acusado, quien reivindica haber matado con su organización a 1.500 personas, de las cuales 80 con sus propias manos.
Carlos no descartó regresar un día a su país. "En mi familia, vivimos hasta los 90 años, aún tengo tiempo de regresar a Venezuela. La lucha continuará", agregó, en tono provocador.