Rehan Staton, un joven de 24 años de la localidad de Bowie, en el estado de Maryland, Estados Unidos, fue admitido como estudiante de derecho en la prestigiosa Universidad de Harvard. Sin embargo, para lograrlo debió trabajar como recolector de basura para poder pagar sus estudios y ayudar económicamente a su familia, luego de ser abandonado por su madre cuando era niño. Esta es su historia.
Con una vida llena de obstáculos desde pequeño, el padre de Rehan tuvo que hacerse cargo de él y de su hermano mayor una vez que la mamá los dejó.
Años más tarde, cuando se perfilaba para ser boxeador profesional, una seria lesión en el hombro lo alejó para siempre de los cuadriláteros.
Pero las cosas comenzaron a cambiar cuando el joven consiguió trabajo como recolector de basura. Fue ahí donde sus compañeros –todos ex convictos– junto al hijo del dueño de la empresa, Bates Trucking & Trash Removal, vieron su potencial y lo ayudaron a presentar su postulación para estudiar en Harvard.
“Era la primera vez en mi vida que la gente me estimulaba por lo que soy y no porque fuera bueno en los deportes”, contó Rehan a CNN.
“Durante toda mi vida todas las personas a las que se suponía que debía admirar eran las que siempre me minimizaban y me hacían sentir mal conmigo mismo”, añadió.
“Tuve que llegar hasta el ‘fondo’ de la jerarquía social, con trabajadores de la basura que estuvieron presos, para poder ser elevado”, continuó.
El joven contó que tuvo una educación bastante sólida hasta el momento en que su madre los abandonó para irse a otro país. En aquel entonces Rehan sólo tenía ocho años y desde ahí su padre debió tener hasta tres trabajos para sostenerlo a él y a su hermano.
El joven continuó con sus estudios mientras se aventuraba en el mundo del boxeo. Como estudiante llegó a estar en el cuadro de honor, pero la vida volvió a darle un golpe. Además de la lesión que le impidió seguir boxeando, todas las universidades a las que había postulado rechazaron sus solicitudes.
Ahí el joven decidió comenzar con su trabajo como recolector, donde sus compañeros lo animaron para que no bajara los brazos y pudiera seguir estudiando.
El hijo del dueño de la compañía, quien admiraba su inteligencia y acabó convirtiéndose en su amigo, le presentó un profesor de la Bowie State University, quien quedó impresionado con Rehan y apeló en la junta de admisiones para que el joven pudiera ingresar ahí.
Fue así como el estudiante comenzó la licenciatura en Bowie, con excelentes calificaciones. “Me convertí en presidente de organizaciones. Gané muchos elogios académicos, fue una locura”, contó, al tiempo que continuaba con su trabajo como recolector.
Al término de su segundo año en esa institución, Rehan se decidió por ir a la escuela de leyes, presentando su postulación para estudiar en Harvard.
“Cuando miro hacia atrás a mis experiencias, me gusta pensar que saqué lo mejor de la peor situación”, señaló.
“Cada tragedia que enfrenté me obligó a salir de mi zona de confort, pero tuve la suerte de tener un sistema de apoyo que me ayudó siempre a prosperar en cada dificultad”, agregó.
El joven agradece al tiempo que trabajó como recolector, donde reconoce haber recibido un apoyo que nunca en su vida tuvo. Ahora su deseo es trabajar para transmitir ese mismo apoyo a otros adolescentes, ofreciendo asesoramiento universitario y tutorías a quienes enfrentan adversidades en la vida.