Por AFP

El ex jefe militar de los serbios de Bosnia Ratko Mladic, condenado este miércoles a cadena perpetua, recurrirá el veredicto emitido por el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY), anunció su hijo Darko, que calificó el fallo de "propaganda de guerra".

"Esta condena es injusta y contraria a los hechos y las combatiremos en apelación para demostrar que este veredicto es falso", declaró Darko Mladic en una rueda de prensa celebrada poco después de que su padre fuera hallado culpable de genocidio, crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra durante los conflictos de los Balcanes.

Un acto de genocidio, repitió el miércoles la justicia internacional. El único cometido en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Mladic, de 74 años, fue juzgado culpable, así como en 2016 el fanático Radovan Karadzic, 72 años. 

Desde el otro lado de la moneda, las madres de Srebrenica aplaudieron, lloraron y se abrazaron cuando el juez de La Haya anunció la condena de Ratko Mladic a cárcel perpetua por genocidio.

"¡Le doy gracias a Dios, en nombre de nuestros hijos!", exclama Nedziba Salhovic, una de la mujeres congregadas el miércoles delante de una de las televisiones instaladas en el memorial de Potocari. 

Si en La Haya, responsables de asociaciones se dijeron "parcialmente satisfechas", las que se quedaron en Srebrenica expresaron su desahogo. 

Es en Srebrenica donde se instalaron miles de estelas en homenaje a sus hijos, hermanos y maridos. Fueron más de 8.000 asesinados por las fuerzas serbias de Mladic en varios días de julio de 1995, mientras intentaban escapar del enclave musulmán de Srebrenica. 

"¡Mladic morirá en La Haya! Estoy feliz, feliz por esta justicia", dice Nedziba Salhovic. 

 "¡No eres un hombre, eres basura!"

Desde el inicio de la lectura del veredicto, cayeron las primera lágrimas. Y se oían gritos de rabia cuando Mladic se enfadaba. "¡No eres un hombre, eres basura!", grita una de las mujeres con velo.

Cuando el criminal pidió una interrupción de la lectura para ir al baño, exclamaron con desprecio: "¡El chetnik se lo hizo encima!".

Estas mujeres no esperaban menos que cadena perpetua. "Mis fotos son pruebas irrefutables", dice una, mostrando las imágenes. 

Todas vinieron para oír como el "carnicero de los Balcanes" iba a morir en la cárcel. "Pero no se haría justicia ni que viviera mil veces y fuera condenado a perpetuidad otras tantas", se lamentó Ajsa Umirovic, de 65 años, que perdió a 42 miembros de su familia. 

"Mírenlos allí", dice, señalando las lápidas, "tendría que recibir cadena perpetua ni que fuera solo por una familia".

En Sarajevo, otra ciudad mártir, Safet Kolic, vendedor de ropa, cree que este "fallo llega demasiado tarde". Para él, Mladic "destruyó un pueblo por hacerle cometer un genocidio, y otro que tuvo que padecer el genocidio".

En la capital bosnia, todavía se pueden ver en muchas fachadas los impactos de obuses, restos de un asedio de 44 meses, uno de los más largos de la historia. 

Más de 10.000 habitantes, entre ellos 1.500 niños, murieron allí víctimas de los francotiradores y de la artillería que se disparaba desde las colinas controladas por las tropas de Mladic alrededor de la localidad. 

En el mercado de Markale, todo funciona como siempre este miércoles. Fue allí donde se produjeron dos masacres, una que dejó 68 muertos en febrero de 1994 y otra 37, en agosto de 1995. Los nombres de las víctimas están escritos en una pared roja. "Si dependiera de mí, lo habría ahorcado, porque sufrí mucho como persona, no puedo ni hablar", dice una mujer mayor, vendedora de verduras, que no quiso dar su nombre.

A 5 km de Srebrenica, imágenes de Mladic

Los serbios de Bosnia, que son poco más de un tercio de los 3,5 millones de bosnios, no se hacían ninguna ilusión respecto al veredicto. Pero eso no quiere decir que se arrepientan. 

A cinco kilómetros del memorial de Srebrenica, se veían imágenes de Mladic en uniforme en las calles de la ciudad serbia de Bratunac. "¡Eres nuestro héroe!", se puede leer. 

En Sokolac, militantes de la asociación Honor a la Patria, algunos de ellos luciendo camisetas con la imagen de Ratko Mladic, escucharon el veredicto en silencio. 

"La historia demostrará quizás un día que la verdad es la que nosotros creemos", dice Zeljko Dacic, un excombatiente de 51 años.

La víspera, su jefe político, Milorad Dodik, líder de la Republika Srpska, la entidad serbia en Bosnia, ya lo dejó claro: "Ratko Mladic sigue siendo una leyenda del pueblo serbio".  

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