Por AFP
Tras su liberación del yugo de los yihadistas, la devastada ciudad siria de Raqa será entregada a una autoridad civil una vez que la alianza de combatientes kurdo-árabes respaldados por Estados Unidos haya terminado al largo proceso de desminado.
El anuncio de esta transferencia fue hecho el viernes por la alianza de Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), que se congratuló por una "victoria histórica" que dedicó a las "víctimas del terrorismo del grupo Estado islámico (EI) en Siria y el mundo", luego de haber sacado al EI de Raqa el martes.
Las FDS se referían a las atrocidades cometidas por el grupo ultrarradical en este país y a los mortíferos atentados perpetrados especialmente en Europa.
Las FDS no anunciaron sin embargo la transferencia inmediata de la ciudad, devastada por más de cuatro meses de sangrientos combates, al consejo civil de Raqa.
"Haremos la transferencia de la gestión a una autoridad civil desde el fin de las operaciones de peinado", anunció en conferencia de prensa un portavoz de las FDS, Talal Sello.
Sello habló ante dignatarios locales, miembros del Consejo Civil local y combatientes de las FDS en el estadio municipal de Raqa, última posición yihadista en la ciudad retomada el martes.
Trampas, explosivos, destrucciones
Ex "capital" del EI en Siria, Raqa está llena de minas y explosivos, y la destrucción es enorme, lo que hace casi imposible el retorno de civiles por ahora.
Las operaciones de desminado y búsqueda de eventuales células durmientes prosiguen en la ciudad, que fue controlada durante tres años por el EI y de donde huyeron unas 270 mil personas.
Creado hace seis meses, el consejo civil ya abordó los planes de reconstrucción y tendrá que restablecer los servicios básicos y la infraestructura que falta en esta ciudad abandonada por sus habitantes.
"En Raqa, el regreso de la población no será posible antes de muchas semanas mientras haya trampas y objetos explosivos de todo tipo dejados por Dáesh (acrónimo árabe del EI)", dijo en París el portavoz del estado mayor del ejército francés, coronel Patrik Steiger.
Francia forma parte de la coalición dirigida por Estados Unidos que apoyó la ofensiva de las FDS para capturar Raqa.
El viernes, miembros del consejo civil de Raqa, en su mayoría originarios de la ciudad, estuvieron en el lugar para una visita de un día.
"Es la primera vez que voy a la ciudad desde su liberación", afirmó a la AFP Ahmad al Alí, de 31 años, miembro del consejo civil. "Pude revisar mi casa. Hubiera pagado una fortuna solo por ver la puerta", dijo en lágrimas.
Mahmud Mohamad, de 27 años y también miembro del consejo, está conmocionado por la magnitud de los daños. "No es lo que imaginaba, es peor".
Frente de Deir Ezzor
Los miembros del consejo precisaron a la AFP que hasta ahora las FDS no les dieron permiso para ir todos los días a la ciudad.
En septiembre, las Naciones Unidas consideraban que el 80% de la ciudad era inhabitable. Y las infraestructuras de base son por ahora casi inexistentes.
El EI tomó en 2014 el control de Raqa, mayoritariamente árabe, y la ciudad se volvió tristemente famosa por las atrocidades cometidas -ejecuciones, violaciones, limpieza étnica- así como por ser el presunto centro de planificación de los atentados en Europa.
Su pérdida es un revés muy importante para la organización yihadista que había autoproclamado un "califato", entre Siria e Irak.
Ocurre luego de que el EI también fuese expulsado en julio de Mosul, ciudad que era su otro principal bastión urbano en Irak.
El EI solo controla el 10% del territorio sirio --frente a 33% a comienzos de año--, una zona que incluye la mitad de la provincia de Deir Ezzor, vecina de Raqa.
En la provincia de Deir Ezzor, fronteriza con Irak, el EI es objeto de dos ofensivas distintas: una realizada por las FDS, apoyadas por Estados Unidos, la otra por el ejército sirio, apoyado por Rusia.
Gran parte de los combatientes de las FDS se dirigieron al frente de Deir Ezzor tras la victoria en Raqa, según responsables.
Iniciado en 2011 por la represión gubernamental de manifestaciones pacificas, el conflicto en Siria se agravó con la implicación de países extranjeros y grupos yihadistas, en un territorio cada vez más fragmentado.
La guerra ha causado más de 330 mil muertos y millones de desplazados y refugiados.