Rusia es sin duda una potencia militar. Con un amplio arsenal de ojivas nucleares, y un cuantioso ejército bien equipado y pertrechado, ha hecho que su avanzada en Ucrania sea rápida y sostenida.
La formación militar de sus agentes es otro punto importante con el que cuentan las fuerzas armadas de Vladimir Putin, quienes tienen dentro de su arsenal las temidas armas termobáricas, o también llamadas bombas de vacío.
Este tipo de explosivo es altamente eficaz, puesto que es utilizado para derribar objetivos que se encuentren ocultos en cuevas de montaña, como también en algún búnker. Debido a ello, los especialistas advierten que este tipo de armas no debiera usarse en sectores residenciales.
Por eso es que llamó la atención y alertó al mundo el desplazamiento de un tanque lanzallamas pesado TOS-1, el cual fue desplegado al sur de Belgorod, ciudad rusa que se encuentra cerca de la frontera con Kharkiv, en Ucrania.
Cómo funcionan las armas termobáricas
El lanzallamas TOS-1 movilizado por Rusia está montado sobre un tanque T-72, el cual permite ubicar en distintos puntos estratégicos esta arma, para así modificar rápidamente su rango de acción y alcance.
Las bombas termobáricas sitúan su destrucción en dos tiempos, es decir, en su primera detonación esparce un aerosol inflamable con la que expande su radio alcanzando instalaciones subterráneas u ocultas, tales como cuevas en medio de las montañas.
Luego de esto, el contenido inflamable se incendia creando una verdadera cortina de fuego quemando todo a su paso.
De esta forma, el arma absorbe el oxígeno del espacio cerrado en el que se encuentre el objetivo, matando a las víctimas tanto por la acción del fuego como por la por asfixia.
Armas letales ya usadas
El TOS-1, es capaz de alcanzar objetivos con dos tipos de ojivas, por lo que se deben considerar misiles explosivos incendiarios y de combustible y aire.
Dentro de su historia militar, el TOS-1 fue empleado por el ejército soviético en las campañas de Afganistán y por las fuerzas rusas en la segunda campaña de Chechenia.
En ambas incursiones los objetivos fueron terrenos montañosos en los que se fijaron objetivos como refugios de las fuerzas rivales.
