Este jueves finalizaba el segundo plazo dado por el gobierno español, a través de Mariano Rajoy, a la Generalitat para que aclarara si Carles Puigdemont proclamó o no la independencia de Cataluña.
Puigdemont indicó que "el Parlament celebró una sesión con el objetivo de valorar el resultado y sus efectos; y donde propuse dejar en suspenso los efectos de aquel mandato popular", aclarando que no se votó la independencia el 10 de octubre.
Sin embargo, advirtió que "si el gobierno del Estado persiste en impedir el diálogo y continúa la represión, el Parlament podrá proceder, si lo estima oportuno, a votar la declaración formal de independencia que no votó el día 10".
Asímismo, reiteró su voluntad de diálogo con Rajoy y que su solicitud "todavía no ha sido atendida".
"Pese a todos estos esfuerzos y nuestra voluntad de diálogo, que la única respuesta sea la suspensión de la autonomía indica que no se es consciente del problema y que no se quiere hablar", señaló Puigdemont.
También solicitó que se evite el uso de la violencia durante el proceso por parte del gobierno central y explicó que "tampoco ha sido atendida la petición de revertir la represión".
El líder de la Generalitat explicó que "se ha incrementado y comportado la entrada a presión del presidente de Omnium Cultural y el presidente de la Assemblea Nacional Catalana, entidades de acreditada trayectoria cívica, pácifica y democrática".