AFP
El presidente checo Milos Zeman se dirigió con dureza a los emigrantes clandestinos que se rebelaron el jueves y viernes en un centro de internamiento checo recordándoles que "nadie" los había "invitado" a su país.
"Nadie los ha invitado aquí. Y como ya están aquí, deben respetar nuestras reglas, al igual que nosotros respetamos las reglas cuando vamos a su país", declaró, en una entrevista difundida en la web del diario Blesk.
"Si no les gusta, márchense", añadió el jefe de Estado checo.
El viernes, la policía empleó gases lacrimógenos para contener a un centenar de inmigrantes en espera de expulsión que trataban de escapar de un centro de internamiento en Bela-pod-Bezdezem (noroeste).
Se trataba principalmente de personas de Afganistán, Pakistán e Irán, según la portavoz de la policía de extranjería, Katerina Rendlova.
"A esa gente la podemos ayudar mejor en su propio territorio", consideró Zeman. "Debemos obrar para reprimir los regímenes terroristas, en particular del Estado Islámico, para eliminar la causa principal de la marcha" de emigrantes hacia Europa.
Según un sondeo, el 70,8% de los checos son reticentes a acoger a emigrantes procedentes de África y Oriente Medio.
La República Checa, miembro de la UE desde 2004, se comprometió a acoger en su territorio a 1.500 refugiados hasta 2017. Por el momento es un país de tránsito hacia otros países de Europa Occidental.
En los primeros seis meses del año, 3.018 emigrantes ilegales han sido interceptados en territorio checo, según Rendlova, un 48% más que en el mismo periodo de 2014.