El primer ministro chino, Li Keqiang, proclamó la meta de un crecimiento anual de por lo menos un 6,5 por ciento en el discurso que abrió el plenario anual de la Asamblea Nacional Popular (ANP. "El desarrollo (económico) es de importancia primordial para China y es la clave para solucionar todos los problemas que afrontamos", afirmó el primer ministro, en su discurso en el Gran Palacio del Pueblo de Pekín, sede del Legislativo.
Una vez inaugurado el pleno, los casi 3.000 diputados llegados de todos los rincones del gigante asiático que forman la Asamblea perfilarán y aprobarán el decimotercer plan quinquenal, que fija la agenda para el lustro 2016-2020.
Según avanzó Li, la economía china tendrá que crecer al menos un 6,5 % anual para doblar en 2020 el producto interior bruto (PIB) y la renta per cápita que China tenía en 2010. Junto con la erradicación de la pobreza, estos son los grandes retos del Partido Comunista para celebrar en 2021 el centenario de su fundación.
China registró en 2015 el alza del PIB más baja desde 1990, un 6,9 % interanual, y la nueva meta sugiere que el Gobierno prevé que continúe la desaceleración económica.
Más fondos
Además, Li anunció una subida del techo de déficit hasta el 3 % del PIB, que sería el más alto desde 1979 y equivaldría a 2,18 billones de yuanes (333.800 millones de dólares, 304.900 millones de euros).
El primer ministro prometió más fondos para sanidad, límites al consumo de energía para reducir la contaminación que ahoga a muchas zonas del país y la continuidad de la campaña que el Gobierno lleva a cabo contra la corrupción en los últimos tres años.
Con estas medidas, trató congraciarse con una población que mira con incertidumbre la coyuntura económica y los planes de Pekín para eliminar los excesos de capacidad industrial, que se estima que pueden costar varios millones de empleos. Para intentar calmar inquietudes, anunció un fondo de 100.000 millones de yuanes (14.000 millones de euros, 15.400 millones de dólares) para apoyar a quienes pierdan su empleo.
El primer ministro chino auguró que el país tendrá que librar una "dura batalla" para cumplir sus objetivos, dada la debilidad de la recuperación económica mundial y los problemas internos que, reconoció, "se han ido acumulado a lo largo de los años y se están haciendo más evidentes".
Las reformas en el campo financiero, las empresas estatales o la liberalización de sectores monopolizados por el sector público quedaron relegadas a un segundo término en la alocución de Li, que insistió en la necesidad de potenciar el crecimiento económico.
ER (efe, reuters)