La embajadora de Francia en Yakarta advirtió este viernes a Indonesia que la posible ejecución de un francés -condenado a muerte por tráfico de drogas- tendría "consecuencias" sobre las relaciones bilaterales.
El francés forma parte de un grupo de 11 condenados a muerte por tráfico de drogas de origen extranjero, entre los cuales también figuran ciudadanos de Brasil, Filipinas, Nigeria y Ghana.
El brasileño Rodrigo Gularte, de 42 años, que, según su familia, padece trastornos mentales, presentó hace unas semanas un pedido de gracia al presidente indonesio, que fue rechazado.
"En caso de ejecución, eso tendrá consecuencias sobre nuestra relación bilateral", declaró la embajadora francesa, Corinne Breuzé, en rueda de prensa, recordando que Francia, que abolió la pena de muerte en 1981, se oponía a la pena capital "en cualquier lugar y en cualquier circunstancia".
Serge Atlaoui, de 51 años, fue detenido en 2005 en un laboratorio clandestino de producción de éxtasis en las afueras de Yakarta, y condenado a muerte en 2007 por tráfico de drogas. Ese soldador siempre clamó su inocencia, afirmando que tan sólo había instalado máquinas en lo que creía ser una fábrica de plástico.
El francés presentó un último recurso ante el Tribunal Supremo, cuya decisión es inminente. En caso de rechazo, su ejecución podría producirse dentro de poco.
En el caso Atlaoui, las autoridades indonesias detuvieron a otras ocho personas, pero el francés fue el único condenado a muerte.
La legislación antidroga de ese país del sureste asiático es una de las más estrictas del mundo.