Después de haber arrollado a varios peatones que pasaban sobre el Puente de Westminster, el atacante bajó del coche y se dirigió a la entrada del complejo del Parlamento británico, situado en el corazón de Londres.

Allí estaba con su chaleco amarillo Keith Palmer, miembro de la comandancia de protección parlamentaria y diplomática de la Policía Metropolitana y con 15 años de experiencia, y quien se convertiría en uno de los cuatro muertos en el ataque de este miércoles.

Era un agente desarmado.

¿Pero cómo es posible que no portara pistola alguien con tal responsabilidad?

De hecho, Palmer no era el único.

Más de 5.000 desarmados

En Reino Unido, al igual que en Irlanda, Islandia, Noruega y Nueva Zelanda, además de un puñado de naciones isleñas del Pacífico, los oficiales suelen patrullar desarmados.

Solo algunos cuerpos especiales tienen permitido portar pistolas o similares, y únicamente en situaciones determinadas.

Esto no quiere decir que los policías municipales no estén armados. Portan porra ?que solo pueden emplear en defensa propia y para restaurar el orden? y espray de pimienta, además de esposas.

Pero si consideran que la amenaza así lo requiere, deben pedir asistencia a los policías que sí tienen autorizado el uso de armas (AFO, por sus siglas en inglés).

Estos reciben un entrenamiento especial para poder utilizarlas y desde 1991 se despliegan en vehículos de respuesta rápida.

De acuerdo a la última estadística del Ministerio del Interior de Reino Unido, el 31 de marzo de 2014 había en Inglaterra y Gales 5.875 policías armados, un 4% menos que el año anterior y 15% menos que en 2009.

"En los últimos seis años ha habido una tendencia general a la baja en el número de oficiales de policía con armas de fuego", señalaba el informe.

Cuestión histórica

La medida tiene 186 años de historia.

"Gran parte de lo que consideramos normal en la labor policial se estableció a principios del siglo XIX", señaló a la BBC Peter Waddington, profesor de Política Social de la Universidad de Wolverhampton, en Reino Unido.

"Cuando (en 1829, el ministro del Interior) Robert Peel formó la Policía Metropolitana había mucho miedo a los militares", explicó.

"Así que los ciudadanos temían que la nueva fuerza fuera también represiva".

Por ello, que los "bobbies" ?se llamarían así por el diminutivo de Robert Peel, Bob? vistieran de azul "era un esfuerzo por distinguirlos del Ejército", aclaró Waddington.

El uniforme de la infantería era rojo.

Debate

Sin embargo, en Reino Unido la discusión de si debería haber más agentes armados, sobre todo en la capital, Londres, está a la orden del día.

El tema ya estuvo sobre la mesa antes del ataque de este miércoles.

Fue en septiembre de 2012, cuando dos mujeres policía fallecieron en un tiroteo en Mánchester, una ciudad del noroeste de Inglaterra y la segunda más poblada del país.

Las oficiales Nicola Hughes y Fiona Bone respondían a una llamada por robo y no portaban armas.

Ante esto, el cineasta Michael Winner ?fundador del Police Memorial Trust, una organización que erige monumentos a los policías británicos caídos en el cumplimiento del deber? y Tony Rayner, expresidente de la Federación Policial de Essex, pidieron armar a los oficiales.

Sin embargo, según los sondeos no llevar armas es algo con lo que los propios agentes están de acuerdo.

Una encuesta llevada a cabo por la Federación de Policía de Reino Unido ?la asociación que representa a alguaciles, sargentos e inspectores jefe? entre 47.328 de miembros en 2006 concluyó que el 82% no deseaba estar armado.

Y eso que casi la mitad reconoció haber estado "en grave peligro" en los últimos tres años.

Uno de los que ha respaldado la política de no armas es el jefe de la Policía del Gran Mánchester, Peter Fahy.

"Nos apasiona el estilo británico", dijo.

"Es triste pero sabemos por la experiencia de Estados Unidos y otros países cuyos oficiales están armados que eso no significa que no los maten", añadió.

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