Aunque Keiko Fujimori no gane la segunda vuelta de las elecciones presidenciales este domingo en Perú, el fujimorismo será una fuerza política decisiva en el país por los próximos cinco años.
El partido de Fujimori, Fuerza Popular, ganó la mayoría absoluta en el Congreso, que es unicameral. De 130 parlamentarios elegidos, 73 pertenecen a este grupo político.
Es decir, aunque Pedro Pablo Kuczynski, de Peruanos por el Kambio (PPK) y rival de Fujimori en estas elecciones, sea el próximo presidente, el fujimorismo seguirá siendo poderoso.
Peruanos por el Kambio obtuvo 18 puestos en el Congreso, mientras que Frente Amplio, liderado por Verónika Mendoza, que quedó tercera en la primera vuelta, cuenta con 20 congresistas.
Por su parte Kenji Fujimori, hermano menor de la candidata, fue el congresista más votado del país en la primera vuelta electoral que se celebró en abril.
En 2011, este político también había sido el congresista más votado, y su hermana obtuvo el mismo mérito en 2006, pero no tenían mayoría en el Congreso.
El resultado de este año permite a Kenji asumir la presidencia del Congreso. Sin embargo, hasta ahora ha asegurado que no lo hará.
"Que quede claro: el próximo presidente del Congreso no voy a ser yo", escribió el congresista en su cuenta de Twitter el 25 de abril.
Aunque los fujimoristas no presidan el Congreso, el número de escaños les da una ventaja amplia. ¿Qué harán con ella?
Libertad plena
Gane quien gane, la bancada fujimorista podrá aprobar y rechazar leyes sin necesidad de pedir apoyo de otros grupos políticos.
"El fujimorismo tendrá plena libertad para aprobar leyes que definen las funciones y competencias de los poderes del estado, gobiernos regionales y municipales y la explotación de recursos naturales", dice Heber Campos, politólogo de la Escuela de Gobierno de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
Campos detalla, además, que Fuerza Popular necesitaría solo 14 votos de otras bancadas para modificar la Constitución, elegir al Defensor del Pueblo, a todos los magistrados del Tribunal Constitucional y a los miembros del Banco Central de Reserva.
Mercedez Aráoz, la congresista más votada de PPK, alerta también que la ventaja del fujimorismo les permitiría "poner piedras en el camino" a cualquier investigación que la oposición quiera emprender contra el gobierno de Keiko.
¿Qué haría PPK si gana?
Si PPK ganara los comicios, habría un escenario de permanente tensión entre dos poderes del estado, según Campos.
"Desde el primer minuto, PPK tendría que formar alianzas con los partidos contrarios al fujimorismo y tender puentes con el propio fujimorismo, para que se pongan de acuerdo en temas importantes para el país", dice el también asesor de la comisión de Constitución del actual Congreso.
De lo contrario el fujimorismo podría bloquear a PPK. "Si el presidente presentara proyectos de ley, el fujimorismo podría rechazarlos por razones políticas", comenta Campos.
Juan Sheput, congresista electo por PPK, reconoció a BBC Mundo que el fujimorismo, si lo desea, podría no negociar con nadie.
"Pero nosotros sí tenemos que conversar con el fujimorismo, de todas maneras", dice "para construir una agenda legislativa". Comenta que su bancada también recurriría a "la opinión pública" para forzar a otros grupos del Congreso a apoyar determinadas iniciativas.
"Si el fujimorismo quiere vender la idea de que ha cambiado, tendrá que colaborar y no convertirse en un elemento obstruccionista. De lo contrario, indicaría que sigue igual", agrega.
Mercedez Aráoz, la congresista más votada de PPK, dice que lo más importante es negociar y alcanzar un acuerdo mínimo para realizar las reformas que necesita el país.
"Si ganamos, esperamos que no sea un partido que entorpezca el desarrollo del país. Si ellos ganan, espero que no abusen del poder. Ese es el riesgo que tenemos en el país", comenta.
El congresista más votado
Antes de que se conocieran los resultados de la primera vuelta de las elecciones, el congresista Kenji Fujimori dijo en su cuenta de Twitter:
"Si llegamos a ser mayoría en el Parlamento, seremos una mayoría que tienda puentes y muy respetuosa de las minorías".
Cuando se confirmó el triunfo del fujimorismo en el Congreso, dijo: "Que quede claro: es bueno que un ejecutivo tenga mayoría en el congreso si hay respeto con las minorías. Mayoría gobierna mas no avasalla".
Días después, se manifestó en contra de los temores que suscita la mayoría fujimorista: "Un ejecutivo con mayoría en parlamento es bueno para la gobernabilidad, y mas en tiempos duros".
Agregó que "Meter miedo por una mayoría legítimamente obtenida es prejuicio puro y faltarle el respeto a los electores".
¿Si gana Fujimori?
Si Keiko Fujimori ganara las elecciones, no tendría contrapeso en el Congreso.
"Gobernaría a placer, sin el contrapeso necesario para garantizar un uso responsable del poder público", advierte Campos. "Si gana Keiko, tendría un poder absolutamente desproporcionado".
En 1995, cuando gobernaba Alberto Fujimori, padre de Keiko y hoy preso por corrupción y violaciones de derechos humanos, su partido, Cambio 90 - Nueva Mayoría, también alcanzó la mayoría en el Congreso.
"Eso generó una concentración de poder que derivó en situaciones de corrupción y de manipulación de los organismos electorales", recuerda Campos. "No digo que se vuelva a repetir tal cual, no podría hacer una afirmación tan fuerte".
Pero Campos sí cree que la situación es "peligrosa" para el país: "La concentración de poder genera escenarios de corrupción, de uso poco democrático de la autoridad. Es peligroso para una democracia tan débil como la nuestra. Un escenario como ese puede ser un retroceso, lo sabremos con el tiempo".
"La amenaza, vista desde una mirada liberal o democrática, parece muy grande", dice Campos.