A primera vista, parece conveniente que Estados Unidos le regale 550 toneladas de maní, una legumbre rica en proteína, a un país en el que uno de cada tres niños sufre de malnutrición severa, según cifras de 2013 de Unicef.
Sin embargo, la entrega de este alimento podría perjudicar el desarrollo de una de las pocas fuentes productivas de Haití, según denuncian la asociación de campesinos más grande del país y 61 organizaciones que brindan apoyo local.
El maní se ha convertido en el sustento de muchas familias que lo plantan y comercializan de manera artesanal en el centro y norte del país.
Es por ello que han pedido al Departamento de Agricultura estadounidense (USDA, por sus siglas en inglés) que no manden el cargamento, cuyo envío fue anunciado para septiembre de este año.
"Estados Unidos debería orientar toda su ayuda a apoyar la producción y comercio local (...) Les pedimos que cancelen inmediatamente esta misión y, en su lugar,prioricen un modelo de cooperación que respete la autodeterminación e independencia de Haití", exigieron el pasado 29 de abril en una carta dirigida a la Secretaría y el Departamento de Agricultura y a la Agencia Estadounidense de Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés).
Entre los firmantes figuran organizaciones reconocidas internacionalmentecomo OXFAM, el Centro para Políticas Internacionales de EE.UU. (CIP, por sus siglas en inglés) y Grassroots International.
A pesar del reclamo colectivo, Estados Unidos continuará con el plan, según señaló a BBC Mundo Ellen Dougherty, directora de relaciones públicas del Departamento de Agricultura.
Dougherty argumenta que el envío tiene el objetivo concreto de alimentar a 140.000 niños en estado de desnutrición durante un año escolar, y que "no alterará el mercado interno del maní".
La donación forma parte del programa "Stocks for Foods" iniciado en 2007 quetransfiere los productos agrícolas excedentes en inventario del gobiernoestadounidense a programas de alimentación dentro del país y en el extranjero.
Gracias a la legislación de agricultura "Farm Bill", firmada por el presidente Barack Obama en 2014, los agricultores estadounidenses reciben incentivos por plantar mayores cantidades.
De este modo, la sobreproducción de maní en EE.UU. en 2015 se convirtió en una futura donación para Haití.
Antes arroz, ahora maní
Quienes se oponen a la misión justifican que no es la primera vez que EE.UU. compromete la frágil economía del país caribeño con un programa alimenticio.
En 2010, cuando el expresidente Bill Clinton era el enviado especial de la ONU a Haití, se disculpó públicamente por haber aplicado una política que acabó con el cultivo de arroz en Haití.
Durante su primer periodo en la Casa Blanca a mediados de los noventa, Clinton abarató el arroz que se importaba desde EE.UU. al obligar al país caribeño a bajar los aranceles de importación.
Esta decisión provocó que muchos campesinos se mudaran a la capital, Puerto Príncipe, para buscar otras fuentes de trabajo.
"También existió un proyecto de erradicación de cerdos en la década de 1970que resultó desastrosa para los agricultores haitianos", le dijo a BBC Mundo Pierre Minn, antropólogo y profesor adjunto de la Universidad de Montreal (Canadá), cuya investigación se centra en las ayudas internacionales a Haití.
Los cerdos locales fueron sustituidos por animales provenientes de Estados Unidos, que no se adaptaron a las condiciones climáticas, agregó Minn.
Estos antecedentes ha despertado la preocupación de los cultivadores de maní.
"Sería un plan fatal para los campesinos locales", dijo en el comunicado colectivo Juslene Tyresias, la directora del Movimiento de Campesinos de Papaye (MPP, por sus siglas en francés), la asociación de campesinos más grande del país, con unos 60.000 miembros.
Maní como sustento
Desde el devastador terremoto de 2010, que dejó una cifra estimada de entre 160.000 y 220.000 muertos, Haití ha intentado recuperar las pérdidas valoradas en US$32 millones al sector agrícola, el más importante en el país.
Los intentos por volver fértiles los campos a pesar de una sequía de tres años parecen estar dando resultados, pues el país ha presentado un crecimiento positivo desde 2011, con un 3,9% el año pasado, según USAID.
Aunque la caña de azúcar, la yuca, el maíz y el ñame son los productos que más se cultivan, el maní se ha convertido en una alternativa para muchos.
Además, hay quienes se dedican a la producción de pasta de maní, un suplemento alimenticio aún más efectivo que los tradicionales a base de lactosa.
El miedo de muchos agricultores, según Minn, es que la donación se desvíe de su intención inicial y entre al mercado para competir con la producción local.
"Es un fenómeno común en este país, así que no es raro que pase", expresó.
"Sería un plan fatal para los campesinos locales"
Algunos incluso han llegado a cuestionar si detrás de ese gesto aparentemente bondadoso hay un interés económico de EE.UU.
"Las estructuras de almacenamiento de EE.UU. están desbordadas y necesitan descargar ese exceso (...) los productores de maní están endeudados y cuando le confían su producción al Estado, este lo considera como un desembolso sobre el conjunto de sus regalías", indicó en un comunicado Jean-Pierre Ricot, miembro de la Plataforma Haitiana para promover el Desarrollo Alternativo (PAPDA, por sus siglas en inglés), una coalición de nueve organizaciones no gubernamentales de ese país.
Para Ricot, la donación no es más que la resolución de un problema económico interno del país norteamericano.
"Y tienen el descaro de llamarlo ayuda humanitaria", concluyó en su mensaje.
El gobierno estadounidense insiste en que su propósito es ayudar y nada más que eso.
Todo indica que el cargamento arribará en septiembre, y entonces será posible analizar el impacto de esta decisión en la economía haitiana.