El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, condenó duramente este domingo (13.03.2016) el atentado explosivo que dejó al menos 34 personas muertas y más de 120 heridas en Ankara, mientras la policía expresaba sus sospechas respecto a los autores del ataque, el segundo en menos de un mes en la ciudad, que según fuentes oficiales serían milicianos prokurdos, entre ellos al menos una mujer.

Erdogan aseguró que el ataque, perpetrado junto a una parada de autobuses en la céntrica plaza de Kizilav, en la capital turca, “tiene por objetivo (afectar) la integridad del país, la unidad del pueblo y la convivencia”, pero reafirmó su convicción de que este tipo de brutales actos “no reducirán nuestra determinación en la lucha contra el terror, sino que nos hará aún más decididos”.

Erdogan subrayó que su país ha sido objeto de ataques “debido a la inestabilidad en la región”, en aparente referencia al Estado Islámico.

Sin embargo, acto seguido sostuvo que “las organizaciones terroristas y sus peones, al haber perdido la lucha contra las fuerzas de seguridad, han tomado por objetivo a civiles”, en una solapada referencia a la lucha de las organizaciones marxistas kurdas en el sureste del país.

“Soldados, policías y milicianos del pueblo... todas nuestras fuerzas de seguridad seguirán luchando, arriesgando su vida, contra las organizaciones terroristas”, concluyó Erdogan.

Sospechas policiales

Si bien ningún grupo se atribuyó inmediatamente el ataque, el primer ministro Ahmet Davutoglu dijo que los investigadores estaban siguiendo pistas sólidas que pronto darán resultados. “Tenemos información concreta sobre el grupo terrorista detrás de este ataque”, dijo la autoridad.

“Pronto tendremos resultados y los haremos públicos”, agregó. La policía declaró, posteriormente, que sospechaba que el ataque era obra de milicianos kurdos. Una fuente oficial citada por la agencia AP aseguró que los atacantes eran dos, ambos fallecidos, de los cuales al menos uno era una mujer.

El partido prokurdo HDP también condenó el atentado. El Ejército turco lanzó a mediados de diciembre pasado una gran ofensiva contra la milicia kurda del PKK en el sureste del país, aunque recientemente se levantó el toque de queda que afectaba a la ciudad de Diyarbakir, de mayoría kurda y donde se han registrado combates entre el Ejército y milicianos del PKK. El presidente Erdogan acusa al HDP de tener vínculos con el PKK. DZC

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