AFP

La policía húngara utilizó gases lacrimógenos en Röszke, en la frontera con Serbia, después de que migrantes les arrojaran piedras y botellas desde el otro lado de la alambrada que separa a ambos países, constataron periodistas de AFP.

Varios centenares de migrantes arremetieron contra las fuerzas del orden, lanzándoles piedras y botellas, antes de que éstas les lanzaran gases lacrimógenos. En respuesta, la policía húngara también hizo uso de cañones de agua contra los migrantes.

En un comunicado, la policía húngara indicó que un grupo de migrantes consiguió en un primer momento "franquear el pórtico de cierre de la frontera", en el puesto llamado Röszke II.

"La puerta se ha sustituido por varias filas de policías. La policía protege las fronteras de Hungría y de la UE respetando las leyes y el principio de proporcionalidad", subraya el texto.

Unos 500 migrantes se encontraban en ese lugar a media tarde, de los que 300 participaron en los altercados, gritando "Freedom, freedom!" (¡Libertad, libertad!) y apuntando a los policías húngaros con objetos, constató la AFP.

Niños y adultos lloraban por culpa del gas, y los policías serbios, que observaban la escena sin intervenir, también tuvieron que protegerse del gas con pañuelos. 

Dos helicópteros húngaros, uno del ejército y otro de la policía, sobrevolaban el lugar.

Se trata del primer incidente de este tipo constatado desde que Budapest cerrara completamente la frontera con Serbia para evitar la entrada de refugiados, el lunes por la noche.

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