Las fuerzas de seguridad de Francia están en el punto de mira de los grupos de derechos humanos por la presunta brutalidad con la que manejan las protestas contra la reforma de las pensiones del presidente Emmanuel Macron.

"El giro autoritario del Estado francés, la brutalización de las relaciones sociales a través de su policía, la violencia de todo tipo y la impunidad son un escándalo mayúsculo", advirtió Patrick Baudouin, de la Liga de Derechos Humanos.

Las críticas arreciaron el viernes. Más de 450 personas fueron detenidas en la jornada más violenta de protestas contra el plan de Macron de retrasar la edad de jubilación de 62 a 64 años.

Días antes, los grupos de derechos humanos, la oposición de izquierdas, abogados, magistrados y la defensora del pueblo habían expresado su preocupados por lo que calificaron de detenciones "arbitrarias" y uso excesivo de la fuerza.

"Los actos esporádicos de violencia de algunos manifestantes y otros actos reprensibles de otras personas durante una protesta no pueden justificar el uso excesivo de la fuerza", advirtió el viernes el Consejo de Europa.

Pero los responsables de las fuerzas de seguridad defienden su actuación, afirmando que responden a alborotadores violentos y grupos anarquistas que suelen infiltrarse en las manifestantes para provocar enfrentamientos.

Sin embargo, se ha denunciado que la policía ha detenido a escolares extranjeros y a transeúntes inocentes, ha disparado gases lacrimógenos contra manifestantes en lugares cerrados y ha provocado la amputación de un testículo a un hombre.

La táctica del "encapsulamiento", consistente a acordonar a los manifestantes en una zona reducida, está también en el punto de mira de los grupos de defensa de derechos humanos, que acusan a la policía de socavar el derecho a protestar.

 

Adolescentes austríacos detenidos

El presidente francés decidió el jueves de la semana pasada adoptar por decreto su impopular reforma, un polémico procedimiento legal que avivó la indignación y generó protestas espontáneas en las ciudades más grandes.

Desde entonces, han aparecido vídeos en las redes sociales en los que se ve a la policía derribando o golpeando a manifestantes.

Human Rights Watch declaró a la AFP que estaba muy preocupada por "lo que parecen ser prácticas policiales abusivas" y que se parecían a las utilizadas para sofocar la protesta social de los chalecos amarillos en 2018 y 2019.

"Aparentemente, las autoridades francesas no han aprendido de esto ni han revisado sus políticas y prácticas policiales de control de multitudes", dijo la directora de HRW en Francia, Benedicte Jeannerod.

Uno de los casos más sonados ha sido la detención de dos adolescentes austríacos de 15 años que estaban de viaje escolar en París y que reveló el diario francés Libération.

Ambos pasaron la noche en el calabozo antes de que la embajada de Austria interviniera.

Un hombre que hacía 'footing' también fue detenido esa noche y, según explicó a la radio France Inter, le acusaron de una serie de delitos al azar antes de liberarlo la tarde siguiente.

Las fuerzas de seguridad detuvieron a 292 personas esa noche, de las cuales 283 quedaron en libertad sin cargos.

 

Policía "ejemplar"

Macron condenó el viernes la violencia de la noche anterior y dijo que las fuerzas de seguridad habían trabajado "de manera ejemplar".

El ministro del Interior, Gérald Darmanin, dijo que la policía había respondido a "alborotadores, a menudo de extrema izquierda", que habían herido a 441 agentes.

La AFP vio a posibles grupos de anarquistas y otros manifestantes prendiendo fuego a la basura, rompiendo escaparates y lanzando piedras y fuegos artificales contra las fuerzas de seguridad.

Darmanin también dijo que se investigaba a once agentes por presunta brutalidad policial en la última semana.

"Es posible que, individualmente, los policías a menudo por cansancio comentan actos incompatibles con lo que se les enseñó", agregó.

En uno de esos casos, una mujer había denunciado que un miembro de una unidad de motoristas le había golpeado con una porra contra una pared en París el lunes, dijo a la AFP una fuente conocedora del caso.

En otro, a principios de año, la policía golpeó el 19 de enero a un ingeniero franco-español que perdió un testículo, declaró a la AFP su abogada.

El jefe de la policía de París, Laurent Nuñez, declaró a principios de semana que no se habían producido "detenciones injustificadas" y que las personas detenidas participaban en concentraciones "con vistas a cometer actos violentos".

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