AFP

Las autoridades alemanas anunciaron este miércoles que busca activamente a un tunecino "clasificado como peligroso" tras la matanza con un camión perpetrada el lunes en un mercadillo de Navidad en Berlín, el más grave reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI) en el país.

La Fiscalía antiterrorista lo identificó como Anis Amri, de 24 años, y publicó un aviso de búsqueda, precisando que mide 1,78 m y pesa unos 75 kg. "Podría ser peligroso y estaría armado", destacó, precisando que se ofrece una recompensa de 100.000 euros por información que permita su captura.

En el ataque murieron 12 personas y hay 48 heridos, 14 de ellos entre la vida y la muerte.

"Hay un nuevo sospechoso (...) A medianoche se emitió un pedido de captura en Alemania y en el espacio Schengen, es decir en Europa", había declarado el ministro del Interior, Thomas de Maizière, confirmando informaciones de prensa en este sentido.

"Se trata de un individuo clasificado como peligroso, que los servicios de seguridad conocían y que pertenece al movimiento islamista-salafista", añadió un diputado especialista en cuestiones de seguridad, Stephan Mayer.

Ya conocido de la policía

Un ministro de Interior regional alemán, Ralf Jäger, reveló paralelamente que Amri es un solicitante de asilo que ya estaba siendo investigado porque las autoridades sospechaban que estaba preparando un atentado antes de la tragedia del lunes.

La policía judicial de la región de Renania del Norte-Westfalia (oeste), donde Anis Amri residió algún tiempo tras su llegada a Alemania a comienzos de este año, abrió una investigación por "acto grave que pone en peligro la seguridad del Estado" alemán. 

El sospechoso estaría vinculado a una red de presuntos reclutadores del EI en Alemania, según los diarios Süddeutsche Zeitung y Bild.

Jäger indicó que la solicitud de asilo del tunecino había sido rechazada en junio y que era objeto de un procedimiento de expulsión hacia su país. Pero "Túnez negó que el hombre fuera tunecino", y por lo tanto rechazó recibirlo en un principio, pero finalmente reconoció su nacionalidad, según el ministro regional.

Según diputados alemanes, fue una billetera con documentos de identidad, encontrada en la cabina del camión de Berlín, la que puso a los investigadores tras su pista.

Túnez es uno de los principales provedores de combatientes extranjeros de los movimientos yihadistas. Unos 5.500 tunecinos viajaron para combatir a Siria, Irak o Libia.

Sin embargo, las autoridades alemanas se mantienen prudentes, sobre todo tras la nota falsa del martes cuando finalmente la policía exculpó y liberó a un paquistaní presentado por el gobierno como principal sospechoso de haber perpetrado el atentado.

De Maizière recordó que "sospechoso no quiere decir que sea el autor".

Según un medio local alemán, unos 150 policías allanaron por la tarde un centro de acogida de refugiados en la localidad de Emmerich, en el oeste del país, donde el tunecino residió en el pasado.

Otros medios estiman que podría estar herido tras embestir al mercadillo con el camión, cuya cabina quedó muy dañada. En el interior de la misma fueron encontradas manchas de sangre. Según las fuentes, la policía realizó varias verificaciones en hospitales de Berlín.

La policía además indicó que examinó más de 500 indicios, entre ellos muestras de ADN halladas en el camión, imágenes de cámaras de vigilancia y testimonios. 

El camionero polaco hallado muerto en la cabina, a quien el atacante robó al parecer el camión, intentó probablemente evitar una matanza peor tratando de apoderarse del volante del semirremolque, según los medios de comunicación.

Críticas a Merkel 

La autopsia demostró que el camionero polaco de 37 años, asesinado de varios balazos en la cabina, estaba vivo en el momento en que el vehículo embistió el mercadillo, según fuentes de la investigación citadas por el diario Bild. El cuerpo de ese hombre de 120 kilos tenía marcas de lucha y de puñaladas.

Las circunstancias hacen recordar al atentado también con camión reivindicado por el EI ocurrido el 14 de julio en Niza (Francia) que provocó 86 muertos.

Las medidas de seguridad han sido reforzadas en Berlín, al tiempo que se instalaba un debate sobre la necesidad de proteger las plazas públicas con bloques de cemento o la conveniencia de que haya patrullas militares en las ciudades como se hace en otros países europeos.

Paralelamente, la extrema derecha alemana incrementó sus críticas contra Merkel, en particular contra su política migratoria considerada demasiado generosa. Además convocó a una manifestación este miércoles frente a la sede de la cancillería en Berlín.

El ala derecha de la familia política de la canciller reclama también un endurecimiento de la política de inmigración.

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