Perú restableció el miércoles el toque de queda dominical y prohibió las reuniones sociales familiares, que pasaron a ser el mayor foco de contagio del rebrote de la pandemia desde que comenzó un desconfinamiento gradual hace seis semanas.

"Tenemos que retroceder un paso en las medidas que estábamos liberando. A partir de este domingo, se vuelve a la inmovilización obligatoria a nivel nacional", dijo el presidente Martín Vizcarra, al anunciar las nuevas medidas, en una jornada con un récord de 8.875 nuevos contagios.

"En julio se ha visto un rebrote y eso se debe a que hemos debilitado nuestras acciones para evitar el contagio y tenemos que reforzarlas", indicó el mandatario peruano.

Los militares harán operativos para garantizar que se respeten las medidas, acotó.

El toque de queda dominical estuvo en vigor temporalmente de abril a junio, pocas semanas después de que se decretara la emergencia sanitaria por la pandemia.

El gobierno amplió además a más provincias la cuarentena obligatoria, que había sido levantada en gran parte del país, incluida Lima, a partir del 1 de julio, y prohibió la reuniones sociales familiares.

En total, unos 11 millones de peruanos estarán en cuarantena, un tercio de la población. Cinco regiones ya estaban completamente confinadas, y ahora se agregan más zonas en otras regiones.

"El principal foco de contagio son ahora nuestros amigos y familiares", indicó Vizcarra. Por tanto, "se prohíben las reuniones de carácter familiar y social".

Perú registró este miércoles 212 decesos y un récord de 8.875 nuevos contagios, informó el Ministerio de Salud. Además, los hospitales están saturados con 13.823 enfermos de coronavirus, otra cifra récord.

Tercer país de América Latina con más contagios y muertos por la pandemia, detrás de Brasil y México, Perú acumula 498.555 casos y más de 21.713 decesos, en una población de 33 millones, según el balance diario del ministerio de Salud.

Desde que el gobierno habilitó el desconfinamiento gradual y luego autorizó el transporte nacional aéreo y terrestre, los contagios más que se duplicaron, pasando de 3.300 diarios en promedio hace un mes a 7.025 la última semana, según cifras oficiales.

"Necesitamos seguir actuando con criterio de urgencia para continuar protegiendo la vida de los peruanos", agregó el presidente para justificar las medidas.

Récords negativos

El desconfinamiento gradual busca reactivar la economía, que se encuentra en cuidados intensivos tras ser fuertemente golpeada por la larga cuarentena.

En los primeros cinco meses la economía se contrajo en 17% y las proyecciones del Banco Central indican una contracción anual de 12,5%, una de las mayores en la región.  

Durante la cuarentena total, en que la economía funcionó a un 40%, se perdieron 2,6 millones de empleos.

En julio reabrieron los restaurantes y se reanudaron los viajes nacionales aéreos y terrestres, ante presiones empresariales. 

La flexibilización trajo sin embargo un repunte de contagios, en un país que tiene a sus hospitales operando todos los días al filo del colapso.   

Los contagios diarios se dispararon hasta alcanzar la cifra récord de 8.466 casos el viernes pasado. El récord anterior, de 8.805 nuevos casos, se remontaba al 31 de mayo.

Los repiques de campanas por los muertos también enmudecieron al país con otro récord negativo: el domingo último se anunciaron 228 decesos en 24 horas. Este martes hubo 225, la segunda mayor cifra diaria. 

Mientras tanto, los hospitales peruanos están saturados con 13.775 enfermos de coronavirus, según el balance oficial.

"En Lima y algunas ciudades la situación es extremadamente difícil", dijo a la radio RPP el médico infectólogo Eduardo Gotuzzo.

En la capital, "los hospitales que habían bajado el número de hospitalizados se han incrementado, de tener 4.000 infectados por día subió a 7.000 y el número de fallecidos subió un 10%. Sí, la situación bastante seria", añadió.

Ante el rebrote, el viernes 31 de julio habían sido puestas nuevamente en cuarentena algunas provincias que habían sido desconfinadas un mes antes.

Desde el 16 de marzo rige en el país un toque de queda nocturno y las fronteras están cerradas. Las clases presenciales están suspendidas por el resto del año.

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