El futuro de las populares corridas de toros y peleas de gallos en Perú será decidido este martes por el Tribunal Constitucional en un fallo inapelable.
La máxima instancia judicial resolverá en una audiencia pública si se deroga una norma que exceptúa a ambos espectáculos tradicionales de la aplicación de la Ley de Protección y Bienestar Animal.
"Hay mucha gente que se dedica a entrenar gallos", por lo que una prohibición dejará en la miseria a miles de familias peruanas, dijo a la AFP el criador de gallos Willo Velásquez.
"Hay países que ya hace muchísimos años han prohibido esto, entonces yo no veo por qué los países como el Perú tendrían que seguir con este lastre que no le hace bien a los niños, no le hace bien a los animales", declaró por su parte a la AFP el abogado y animalista Jorge Mori.
En un país con más plazas de toros que estadios de fútbol parece improbable que los siete magistrados del Tribunal opten por prohibir dos actividades que tienen muchos seguidores desde hace siglos y son consideradas culturales por la ley vigente.
"Para mí no es maltrato animal, para mí (el toro) es un ser que ha sido creado para ello, un ser que su cuerpo hecho para ello y un ser que vive gracias a ello. Si no hubiera las corridas de toros toda esta especie desaparecería", declaró a la AFP el criador Juan Manuel Roca Rey.
Esta opinión no es compartida por la animalista Ingrid Chávarri: "Yo, siendo peruana, no me identifico que sea tradición peruana, porque eso es algo traído por españoles" durante la colonia, dijo a la AFP.
Demanda colectiva
La demanda de inconstitucionalidad fue presentada en octubre de 2018 por María Eguiluz en representación de 5.286 ciudadanos "para acabar con todo tipo de espectáculo cruel con animales".
La presentación de la demanda movilizó a toreros y criadores y una quincena de personas y entidades pidieron ser admitidos en el proceso. Además, ambos bandos se han manifestado en las calles en los últimos días.
Las corridas de toros culminan con la muerte del animal, lo mismo que las peleas de gallos. En éstas a veces mueren los dos combatientes.
Estas dos actividades son legales en algunos países de América Latina, pero en otros han sido proscritas.
En el vecino Chile fueron prohibidas tras la independencia en 1818. En Perú también estuvieron prohibidas las peleas de gallo un tiempo en el siglo XIX, pero luego fueron nuevamente autorizadas.
Plaza de Acho
Los criaderos de gallos y de toros han advertido que una prohibición perjudicaría a unos 400.000 peruanos, en particular a familias humildes.
Perú cuenta con 199 plazas de toros, según cifras oficiales, muy por encima de los 80 estadios de fútbol que tiene el país.
Las corridas de toros nunca han estado prohibidas en Perú, que tiene gran tradición taurina. La plaza de toros de Acho, en el populoso distrito limeño de Rímac, es una de las más antiguas del mundo (1766).
"En el Perú hay más plazas de toro que estadios de futbol y es parte fundamental de la fiesta de cada pueblo la corrida de toros", dijo Roca Rey, quien también es gerente de la empresa que organiza las corridas en Acho.
Además, en el país hay más de 700 "galleras" (coliseos para peleas de gallos).
Velásquez afirmó que de ser prohibidas, "de todas manera va a haber eso, clandestinamente, pasa en Estados Unidos, (donde) pelean clandestinamente los gallos".
Combates de toros
La ley cuestionada fue aprobada el 22 de mayo de 2000 para proteger a los animales domésticos y a los animales silvestres mantenidos en cautiverio, pero excluyó a los toros y gallos por considerar que "son parte de espectáculos culturales" en el país.
En su recurso, los animalistas pidieron que sean prohibidas las peleas de toros, una tradición nacida durante el siglo XIX en la región andina de Arequipa y que atrae gran cantidad de público en el sur de Perú.