España sabrá este viernes cuándo le toca volver a las urnas. Lo anunciará el presidente del gobierno, el socialista Pedro Sánchez, dos días después de que el Parlamento hundiera su proyecto de presupuestos para 2019 y en un contexto de crisis candente en Cataluña.
Sánchez comparecerá en la mañana, según el gobierno, después de un breve consejo de ministros extraordinario.
La fecha que ha cobrado últimamente más fuerza para el adelanto de las legislativas es el 28 de abril, lo que evitaría un "superdomingo" el 26 de mayo, cuando ya están previstos comicios municipales, regionales y europeos. Serán las terceras legislativas en España en tres años y medio.
En los últimos días, Sánchez vio desmoronarse la heteróclita base que hace ocho meses y medio lo llevó al poder en una exitosa moción de censura contra su predecesor conservador, Mariano Rajoy.
En un ambiente tensado por el juicio a 12 líderes separatistas en Madrid, los partidos independentistas catalanes, junto con la oposición de derecha, tumbaron el miércoles unos presupuestos que el ejecutivo había defendido como "los más sociales de la historia".
La maquinaria socialista ha entrado ya en modo campaña, como pudo verse en la cámara en el discurso de la ministra de Hacienda María Jesús Montero, defendiendo los presupuestos.
"Las fuerzas progresistas de este país estamos ante un momento crítico por esta ola neoliberal y de ultraderecha que está impregnando a las sociedades avanzadas", incluida la española, lanzó.
Asimismo, el gobierno difundió a la prensa un documento de balance de su corta gestión: aumento del salario mínimo del 22%, supresión de un impuesto a la energía solar, financiación de medidas contra la violencia machista...
Una legislatura atípica
"Obviamente representa el fin de una legislatura atípica, convulsa", comentó a AFP la politóloga Paloma Román, de la Universidad Complutense de Madrid.
Desde 2015, la política española ha vivido una formidable aceleración: estallido del bipartidismo, tentativa de secesión de Cataluña seguida de una suspensión temporal de su autonomía, caída de Rajoy en una inédita moción de censura exitosa.
Todo ello unido a un Parlamento fragmentado, en el que la acción legislativa se ha visto muy dificultada por la divergencia de intereses de los partidos.
En este momento, los sondeos dan al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) como vencedor en unas futuras elecciones, pero con un número de escaños que, incluso sumado a la izquierda radical de Podemos, no le llegaría para gobernar.
Los mismos sondeos perfilan una mayoría conservadora, conformada por el Partido Popular (PP), los liberales de Ciudadanos y los ultraderechistas de Vox. Un trío que ha disparado el tono nacionalista y el domingo se hizo la foto de familia en una multitudinaria manifestación en Madrid, en la que acusó a Sánchez de "traidor" por dialogar con el separatismo catalán.
"Esa coalición sería mucho más dura con los catalanes. Es de esperar que en este escenario aumenten las tensiones entre el gobierno central y Cataluña", indicó en ese sentido Steven Trypsteen, analista del banco ING.
Antonio Barroso, analista del gabinete londinense TENEO, comentó a la AFP que el PSOE irá a las elecciones con la cuestión catalana en contra, ya que la voluntad de diálogo de Sánchez ha terminado causando recelo entre sus propios compañeros de partido.
A favor, en cambio, tiene la situación en su flanco izquierdo, donde podría recuperar votos.
"Podemos está invadido por las divisiones internas. A pesar de lo difícil que es el contexto electoral, muy bronco y con mucha polarización, el hecho de llegar a las elecciones con un partido debilitado a su izquierda es favorable para el PSOE", comentó Barroso.