AFP

El Parlamento de Venezuela, controlado por la oposición, presentó este jueves ante la Organización de Estados Americanos un alegato para impedir la salida del país del bloque regional, como había decidido el presidente Nicolás Maduro.

El presidente de la Asamblea Nacional, el diputado opositor Julio Borges, entregó personalmente al secretario general, Luis Almagro, "documentos aprobados de manera unánime por el Parlamento venezolano que frenan y que impiden que Venezuela pueda salirse de la Organización de Estados Americanos".

"Esto pararía el reloj de los dos años", dijo el legislador a periodistas tras la reunión, en referencia al plazo fijado en la Carta de la OEA para el completo retiro de un país de la organización.

Almagro no ofreció declaraciones y la OEA no explicó si o de qué manera la nueva documentación afectará el proceso de salida de Venezuela, que Maduro inició formalmente el pasado viernes.

Pero fuentes del ente multilateral dijeron que los argumentos del Parlamento deberán ser incluidos en un examen interno sobre la decisión de Venezuela, que no tiene precedentes.

La documentación presentada por Borges incluía un decreto aprobado por la mayoría opositora del Parlamento y soporte legal para rechazar la salida de Venezuela de la OEA, y fue entregada tanto a Almagro como al Consejo Permanente, el órgano de decisión de los 34 países que son miembros activos de la organización.

"Proceso absolutamente nulo"

Según el legislador, el proceso iniciado por el gobierno venezolano es "absolutamente nulo", alegando que la Constitución de Venezuela prohíbe denunciar cualquier acuerdo internacional que contemple protecciones a los derechos humanos.

La Carta de la OEA, el tratado constituyente del bloque continental y que abarca la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH), es "parte sustancial de nuestra constitución", dijo.

Después de dos años de creciente tirantez entre Almagro y el gobierno en Caracas, Venezuela anunció su "indeclinable decisión" de romper con la OEA, catalogándola como "instrumento infame al servicio de intereses hegemónicos imperiales".

El anuncio de Caracas ocurrió a raíz de que el Consejo Permanente convocó una cita de cancilleres para analizar la crisis política en Venezuela, sumida desde hace poco más de un mes en protestas casi diarias en las que más de treinta personas han muerto.

Según declaraciones del canciller peruano Ricardo Luna, esa reunión se realizará la tercera semana de mayo, "posiblemente el 21 o 22, donde se fijará una posición sobre la situación de Venezuela". 

En Washington, Borges también se reunió con una docena de legisladores estadounidenses, incluyendo el senador republicano Marco Rubio, para denunciar la convocatoria de Maduro a una Constituyente "popular".

Maduro propuso sacar adelante una Asamblea Constituyente que ahogue la ofensiva opositora que pide en las calles elecciones generales libres, liberación de los dirigentes presos y ayuda humanitaria.

"Es una manera de seguir huyendo al voto (...) a la obligación que tiene el gobierno venezolano de garantizar elecciones libres", dijo Borges de la Constituyente.

El líder opositor llamó a los países a no caer "en esta trampa de la Constituyente, que no es otra cosa que la continuación del golpe de Estado", que, los críticos de Maduro argumentan, se inició cuando el máximo tribunal de justicia asumió temporalmente a fines de marzo las funciones del Parlamento.

El parlamentario también aplaudió un proyecto de ley presentado la víspera por ocho senadores que apunta sanciones contra funcionarios venezolanos señalados de corrupción y de socavar la democracia en ese país.

"Cualquiera que nos ayude en el caso venezolano para castigar las violaciones de derechos humanos es algo que lo agradecemos profundamente", afirmó.

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