AFP
El papa Francisco recibió el sábado en Roma a decenas de familiares de las víctimas del atentado del 14 de julio en Niza (sur de Francia) durante una ceremonia de fuerte carga emocional.
"Para mí supone una gran emoción veros, a vosotros, que sufrís en vuestro cuerpo y vuestra alma porque una noche de fiesta la violencia os golpeó ciegamente, a vosotros o a alguno de vuestros allegados, sin consideración de origen o de religión", dijo el papa, dirigiéndose a las víctimas en el gran vestíbulo de la sala Pablo VI del Vaticano.
En su discurso, Jorge Bergoglio renovó sus llamados al diálogo entre todos, particularmente, entre cristianos y musulmanes.
"El establecimiento de un diálogo sincero y de relaciones fraternales entre todos, en particular entre aquellos que tienen fe en un Dios único y misericordioso, es una urgente prioridad", lanzó el papa Francisco, antes de mezclarse entre la multitud de víctimas y familiares de fallecidos, para saludarlos, abrazarlos o reconfortarlos con algunas palabras.
"Esperamos un mensaje de tranquilidad para nuestras almas, que sufren", confió antes de su salida hacia Roma Vincent, un testigo profundamente marcado por la carnicería provocada por un camión en el Paseo de los Ingleses de Niza, en el sur de Francia, el pasado 14 de julio, día de la fiesta nacional (86 muertos).
Unas 180 personas heridas o traumatizadas por el atentado, o bien familiares de las víctimas -58 familias en total- debían reunirse más tarde con el papa.
También estarán en Roma unos 150 nizardos, así como una delegación oficial de la asociación interreligiosa "Alpes-Maritimes Fraternité", que incluye a representantes judíos, musulmanes, ortodoxos y protestantes.
Esta dimensión interreligiosa recibió los elogios del papa Francisco para quien, "sólo se puede responder a los asaltos del demonio por las obras de Dios, que son el perdón, el amor y el respeto al prójimo, incluso si éste es diferente".
Un tercio de las víctimas fallecidas eran de confesión musulmana, recordó el imán Boubekeur Bekri, vicepresidente del consejo regional del culto musulmán en el sureste de Francia, que también acudió a Roma junto con unos cuantos musulmanes.
"Vamos con mucho respeto", destacó Bekri, evocando el "humanismo intenso" del papa Francisco, que mostró, por ejemplo, durante su visita a los refugiados, principalmente musulmanes, en la isla griega de Lesbos.
Para Pierre-Etienne Denis, presidente de la Federación Nacional de Víctimas de Atentados y de Accidentes Colectivos (FENVAC), este tipo de reuniones permite también salir de la soledad y "avanzar hacia la resiliencia".
El papa Francisco ya recibió al presidente galo, François Hollande, a mediados de agosto para expresarle su afecto por el país, golpeado desde principios de 2015 por una serie de atentados mortales.
La noche del 14 de julio, más de 30.000 personas presenciaban el castillo de fuegos artificiales frente al mar cuando Mohamed Lahouaiaej Bouhlel, un tunecino de 31 años, embistió contra la multitud con un camión de 19 toneladas, causando 86 muertos y 434 heridos.