El Papa Francisco terminó este domingo en Paraguay una intensa gira sudamericana que desde el 5 de julio también lo llevó a Ecuador y Bolivia, con una agenda intensa marcada por discursos contra la pobreza, el sistema económico y la corrupción.
Con una ceremonia musical, los paraguayos despidieron al pontífice de 78 años que en los últimos ocho días tomó siete vuelos y pronunció 22 discursos, varios en misas campales donde fue vitoreado por multitudes.
Así deja atrás una serie de frases como estas:
En Ecuador: "Un pobre que muere de frío y de hambre hoy no es noticia, pero si las bolsas de las principales capitales del mundo bajan dos o tres puntos se arma el gran escándalo mundial".
En Bolivia: "Digámoslo sin miedo: queremos un cambio real, un cambio de estructuras", una "economía al servicio de los pueblos", dijo, y condenó "el actual sistema" imperante, "que ya no lo aguantan los campesinos, los trabajadores, las comunidades y los pueblos".
En Paraguay: "Un desarrollo económico que no tiene en cuenta a los más débiles y desafortunados, no es verdadero desarrollo. La medida del modelo económico ha de ser la dignidad integral del ser humano, especialmente el más vulnerable e indefenso".
A empresarios, políticos, economistas, les pidió "no ceder al modelo económico idólatra que necesita sacrificar vidas humanas en el altar del dinero y la rentabilidad".