El papa Francisco encabezó este sábado ante miles de fieles la misa de Vigilia Pascual en la basílica de San Pedro, en el Vaticano, en la que aludió a la resurrección de Cristo y destacó el peso y el "dolor de tanta injusticia inhumana" que sufren los refugiados, los migrantes, los explotados y las víctimas de guerra.
En su homilía, el papa recordó a los "que en la sociedad sienten el dolor de la pobreza, de la explotación y de la trata de personas, a aquellos que viven el menosprecio porque han emigrado, a los que están sin hogar y sin familia".
En la ceremonia, el papa bautizó, como es tradición, a varios adultos. De acuerdo a la tradición bíblica, dos mujeres visitaron la tumba de Jesús tras su muerte en la cruz. Francisco tomó a estas mujeres como un símbolo del sufrimiento del mundo.
"En el rostro de estas mujeres podemos encontrar los rostros de tantas madres y abuelas, el rostro de niños y jóvenes que resisten el peso y el dolor de tanta injusticia inhumana", expresó.
"Ellas son el rostro de mujeres, madres que lloran por ver cómo la vida de sus hijos queda sepultada bajo el peso de la corrupción", dijo el pontífice argentino.