La tormenta tropical Pamela se acercaba este martes a territorio de México generando lluvias y vientos que forzaron la cancelación de vuelos y mayores medidas de protección a turistas y habitantes del balneario de Mazatlán, en la costa del Pacífico.
A las 03:00 horas GMT del miércoles, Pamela se localizaba 275 kilómetros al suroeste de Mazatlán, en el estado de Sinaloa, con vientos máximos sostenidos de 110 km/h y desplazándose hacia el noreste a 19 km/h, según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC).
"Se pronostica un reforzamiento durante la noche y que Pamela recupere la fuerza de huracán antes de que llegue a la costa oeste de México el miércoles por la mañana", agrega el informe.
Un grupo de 16 ciudadanos estadounidenses fueron resguardados en albergues de Mazatlán tras quedar varados en el aeropuerto local por la cancelación de sus vuelos por el mal clima.
Los turistas, que se dirigían a Dallas, Phoenix y Los Ángeles, fueron trasladados a un refugio donde permanecerán hasta que las condiciones mejoren, informó Eloy Ruiz, coordinador de Protección Civil local.
Autoridades también recorrieron la periferia y la zona rural de la ciudad, donde al menos 80 barrios presentan riesgo de inundación por lluvias, para exhortar a la población a trasladarse a refugios habilitados por la alcaldía, agregó el funcionario.
Pamela se degradó la tarde del martes a tormenta tropical tras haber alcanzado fuerza de huracán durante la madrugada.
La fuerza de sus vientos, no obstante, se extendía hasta 205 kilómetros desde su centro, detalló el NHC.
En Sinaloa, donde se espera que toque tierra, se declaró una alerta preventiva ante la proximidad del fenómeno, según la Comisión Nacional del Agua de México.
Por su ubicación geográfica, México sufre el embate de ciclones tropicales tanto en su costa del Pacífico como en la del Atlántico.
A finales de agosto, el huracán Nora tocó tierra en el estado de Jalisco, en el Pacífico, y dejó un menor español y una mujer desaparecidos.
También en agosto, el huracán Grace impactó primero en el estado de Quintana Roo, en el Caribe, y posteriormente en el de Veracruz, en el Golfo de México, dejando al menos 11 muertos en ese estado y en el central Puebla.
En septiembre, Olaf tocó tierra como huracán en la península de Baja California dejando daños materiales menores.