Las autoridades paquistaníes realizaron más de 5.200 arrestos y mantienen detenidas a más de 200 personas tras el atentado que el pasado domingo causó la muerte a, al menos, 72 personas en un parque de la ciudad de Lahore (este del país), informó hoy (29.03.2016) una fuente oficial.
El ministro de Justicia de la provincia del Punyab, de la que es capital Lahore, Rana Sanaullah, indicó en rueda de prensa que la gran mayoría de los detenidos fueron liberados tras ser interrogados y agregó que las fuerzas de seguridad lanzaron una operación antiterrorista en la región. Sanaullah precisó que ha habido 5.221 arrestados de los que 5.002 fueron soltados tras un interrogatorio inicial, por lo que 219 permanecen detenidos.
La Policía, las fuerzas especiales y el Departamento Antiterrorista participan en la operación conjunta, indicó Sanaullah. Además, anunció que las autoridades regionales pedirán apoyo al Ejército y a las fuerzas especiales de los Rangers si es necesario.
Un insurgente de la escisión talibana Jaamat-ul-Ahrar (JuA) se inmoló en un parque de Lahore en la tarde del domingo cuando un gran número de familias se encontraban en el lugar. El resultado: 72 muertos y más de 350 heridos en el peor atentado en el país desde el asalto a una escuela de Peshawar (norte) en el que murieron 125 niños en 2014.
El primer ministro paquistaní, Nawaz Sharif, prometió ayer en un discurso televisado luchar contra el terrorismo hasta erradicarlo.
300 detenidos
Mientras, las autoridades han anunciado la detención de 300 manifestantes que, por tercer día consecutivo, se manifiestan frente al Parlamento del país, donde reclaman que el Estado reconozca como mártir al radical Mumtaz Qadri. Un oficial de la Policía de Islamabad que pidió el anonimato indicó a EFE que "116 de los 300 detenidos fueron llevados hoy ante tres magistrados distintos y enviados a prisión".
La fuente indicó que se han presentado cargos contra los detenidos por seis delitos diferentes, que no precisó, aunque indicó que en ningún caso los cargos fueron por terrorismo. "En este momento alrededor de 1.500 a 2.000 manifestantes están todavía frente al Parlamento", añadió.
Los manifestantes han acampado en la avenida de la Constitución en la llamada Zona Roja de Islamabad, un área de alta seguridad que alberga instituciones del Gobierno y embajadas, lo que ha obstaculizado su funcionamiento y ha cortado en tráfico. La protesta comenzó el pasado domingo al conmemorase el primer mes de la ejecución de Qadri, condenado por el asesinato confeso de un gobernador contrario al extremismo religioso, para reclamar que el ahorcado sea nombrado mártir por el Gobierno y que la celda que ocupó en la prisión sea convertida en una biblioteca.
Los concentrados exigen también que sea ejecutada la cristiana Asia Bibi, condenada a muerte por blasfemia, y que sean liberados los compañeros detenidos desde que empezó la protesta. Qadri fue condenado por matar a tiros en Islamabad en 2011 al gobernador de la provincia oriental de Punyab, Salman Tasir, del que como miembro de las fuerzas de elite punyabíes era uno de sus guardaespaldas, tras confesar que lo hizo por considerarlo un blasfemo. El gobernador era uno de los más firmes defensores de Bibi, condenada en un caso que adquirió mucha notoriedad incluso fuera de Pakistán, una república islámica.
La ejecución de Qadri, el pasado 29 de febrero, desató protestas en diferentes partes del país y su funeral en Rawalpindi fue acompañado por decenas de miles de personas que lo despidieron como si fuera un héroe.