La fuerza aérea siria utilizó cloro como arma química durante un ataque en la ciudad de Saraqib en 2018, afirmó este lunes la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) tras una investigación.
Se trata del segundo informe del equipo de identificación e investigación (IIT) de la OPAQ, que ahora tiene autoridad para identificar al autor de un ataque químico.
El ITT "concluye que unidades de la fuerza aérea siria utilizaron armas químicas el 4 de febrero de 2018 en Saraqib", una ciudad a 50 kilómetros al sur de Alepo, dijo la organización con sede en La Haya en un comunicado.
El informe establece que "hay motivos razonables para creer" que un helicóptero militar del ejército sirio "atacó el este de Saraqib soltando al menos un cilindro" con la sustancia química.
"El cilindro se rompió y liberó cloro en una gran superficie, afectando a 12 individuos", precisa el informe.
Según la OPAQ, sus investigadores entrevistaron a los testigos, analizaron muestras tomadas en el lugar de los hechos, examinaron los síntomas comunicados por las víctimas y el personal médico y examinaron las imágenes por satélite para llegar a sus conclusiones.
La organización publicó su primer informe hace un año, en el que estableció que la fuerza aérea de Bashar Al Asad lanzó bombas con gas sarín y cloro en 2017 en Latamné, al norte de Siria, violando la Convención sobre Armas Químicas.
"Para nosotros, es evidente que una violación tan manifiesta del derecho internacional no debe quedar sin consecuencias", afirmó el ministro de Relaciones Exteriores, Heiko Maas, en comunicado. "Los responsables deben rendir cuentas", agregó.
"El recurso a esas armas por el régimen sirio, documentado e irrefutable, es inaceptable", declaró en comunicado el ministro francés de Relaciones exteriores, Jean-Yves Le Drian, quien señaló que debe de haber una "respuesta".
Posibles sanciones
A pesar de las importantes objeciones de Siria y sus aliados, incluida Rusia, la mayoría de los 193 Estados miembros de la OPAQ había autorizado a la organización en 2018 para buscar al autor de un ataque químico, en lugar de limitarse a documentar el uso de esa arma.
El gobierno sirio niega cualquier implicación en ataques químicos, y afirma haber colocado bajo supervisión internacional todas sus reservas de ese tipo de armas, según los términos de un acuerdo cerrado en 2013.
Los estados miembros de la OPAQ votarán a finales de este mes si imponen sanciones a Siria, que podría ver suspendido su derecho de voto, la máxima sanción permitida por la organización, si el país no toma medidas.
La OPAQ ya instó a Siria a declarar todas las armas químicas que aún poseía, incluidos el gas sarín y el cloro, y las potencias occidentales expresaron su temor que Damasco no las hubiera destruido todas.
El director general de la organización, Fernando Arias, dijo en marzo que seguían existiendo lagunas e incoherencias en los informes que Siria enviaba a la OPAQ.
Según la ONU, Damasco aún no ha respondido a 19 preguntas formuladas a lo largo de los años sobre las instalaciones que podrían haber sido utilizadas para la producción o el almacenamiento de armas químicas.