AFP
La oposición venezolana, que cumple un mes de movilizaciones contra el presidente Nicolás Maduro, marchará de nuevo este lunes en todo el país, en abierto desafío al gobierno que habitualmente organiza masivas concentraciones el 1 de Mayo.
Aunque hasta ahora han sido bloqueados por las fuerzas de seguridad, los opositores intentarán llegar a las sedes del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y del Consejo Nacional Electoral (CNE) en los 24 estados, para exigir elecciones generales.
"El régimen juega a nuestro desgaste, por eso a un mes de resistencia debemos demostrar fuerza", declaró Freddy Guevara, vicepresidente del Parlamento, único poder estatal controlado por la oposición.
Maduro encabezará una concentración de sus seguidores en la Plaza Bolívar, en el centro de Caracas, considerado bastión de los chavistas y donde están el CNE, el TSJ y otros poderes públicos.
"El 1º de mayo le pertenece a la clase obrera. No es día de capitalismo ni de derechas", aseguró el mandatario socialista, en su programa dominical.
Maduro asegura que sus adversarios buscan darle un golpe de Estado para propiciar una intervención extranjera; en tanto que la oposición lo acusan de instaurar una "dictadura".
La "emboscada" de abril
Desde que estallaron las protestas el 1 de abril, los enfrentamientos entre antimotines y manifestantes, saqueos y tiroteos, han dejado 28 muertos y cientos de heridos, de lo que se acusan mutuamente gobierno y oposición.
"Ha sido una verdadera emboscada, una arremetida violenta para caotizar a la sociedad, asaltar el poder político e imponer en Venezuela una contrarrevolución violenta", dijo Maduro.
La convulsión política ha hallado terreno fértil en un país que, pese a tener las mayores reservas petroleras del planeta, sufre una severa escasez de alimentos y medicinas y una inflación, la más alta del mundo, que el FMI cifra en 720% para 2017.
En víspera de la conmemoración del Día del Trabajador, Maduro aumentó el ingreso mínimo mensual -salario básico y bono alimentario- de 150.000 a 200.000 bolívares (280 dólares a la tasa oficial más alta y 50 dólares en el mercado paralelo).
La oposición afirma que ese aumento ya se lo comió la inflación de los primeros meses, y que la crisis económica se resolverá cuando deje el poder Maduro, cuya gestión, que termina en enero de 2019, rechazan siete de cada diez venezolanos, según encuestas privadas.
"Una nueva etapa"
Las protestas estallaron luego de que TSJ tomara temporalmente las funciones del Parlamento. Aunque revirtió la decisión tras rechazo internacional, se desató la actual ola de protestas, que ha traído a la memoria las manifestaciones de 2014 que dejaron 43 muertos.
Sin vislumbrarse una solución a corto plazo, la oposición promete seguir en la calle hasta lograr un calendario electoral; mientras que Maduro repitió el domingo su enigmático pedido de apoyo a sus seguidores "para lo que viene".
"Estoy llamando a un nuevo escenario en Venezuela para acabar con esta situación de golpe continuado y fascista (...). Yo no voy a vacilar, no es tiempo de miedos, no es tiempo de dudas", aseguró.
El presidente socialista ha asomado la posibilidad de convocar una Asamblea Constituyente, sin dar detalles, por lo que su discurso del Día del Trabajador ha generado expectativa.
"El anuncio más importante e histórico a trabajadores y al país que podría hacer Maduro es irse del poder", dijo el líder opositor Henrique Capriles.
El jefe del Parlamento, Julio Borges, denunció que esa Constituyente sería elegida "a dedo", lo que sería la continuación de un golpe de Estado: "Quiere dar un brinco, de una vez, a un sistema tipo Cuba".
Diálogo pero con garantías
Buscando bajar la tensión, Maduro reiteró sus llamado al diálogo y dijo desear unas elecciones. Pero se refiere a las de gobernadores -que debieron realizarse en 2016-, descartando un adelanto de las presidenciales de diciembre de 2018.
"Si digo diálogo, huyen despavoridos, no quieren diálogo (...) Yo respeto las expresiones del papa", expresó el domingo.
El papa Francisco llamó el fin de semana a acabar con la violencia en Venezuela y renovó la oferta de ayudar a un diálogo, pero con "condiciones muy claras", al recordar el fallido proceso que acompañó el Vaticano a fines de 2016.
Ocho países latinoamericanos respaldaron al Papa, a quien la oposición reafirmó en una carta su negativa a una negociación "si no hay garantías".
El conflicto ha complicado las relaciones internacionales de Venezuela, que el viernes inició su retiro de la Organización de Estados Americanos (OEA), acusándola de impulsar una intervención extranjera.
El martes, el gobierno venezolano buscará respaldo en una reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) en El Salvador.