El opositor y periodista ruso Vladímir Kara-Murzá, en prisión preventiva desde hace un año y acusado de traición y otros dos cargos penales, fue condenado este lunes (17.04.2023) por un tribunal ruso a 25 años de prisión. La condena del destacado disidente generó una gran expectación y reunió en el edificio del Tribunal Urbano de Moscú a cerca de un centenar de periodistas y diplomáticos, según informa el portal digital Mediazona.
En su última intervención, la semana pasada, Kara-Murzá aseguró que "no se arrepiente de nada" y que "ama a Rusia", según su abogada María Eismont. El tribunal también impuso una multa de 400.000 rublos (cerca de 5.000 dólares) al opositor y le prohibió ejercer el periodismo durante siete años.
Kará-Murzá, de 41 años, fue hallado culpable de alta traición, delito que se castiga con hasta 20 años de cárcel, difusión de información falsa sobre la actuación del Ejército ruso en Ucrania y cooperación con una ONG declarada indeseable por la Justicia rusa. El juez satisfizo de esa manera la demanda de la Fiscalía que había pedido para Kara-Murzá 25 años de prisión. La defensa ya anunció que recurrirá esta sentencia.
Superviviente de dos envenenamientos
Varias decenas de periodistas independientes exigieron previamente la libertad de Kara-Murzá en una carta, en la que acusan de "infundadas" y "cínicas" las acusaciones, y de político el proceso judicial abierto contra el opositor.
"Kara-Murzá es un auténtico patriota que en los primeros días de la guerra ya se pronunció contra la agresión rusa (...). Pero hoy en día en Rusia abogar por la paz y el cese de la guerra es un crimen", señalaron.
Recientemente, los abogados del opositor, considerado preso de conciencia por Amnistía Internacional, informaron de que Kara-Murzá había sido diagnosticado en la cárcel con polineuropatia en extremidades inferiores como consecuencia de los dos envenenamientos que sufrió en 2015 y 2017. Según el colectivo de investigación Bellingcat, con anterioridad había sido seguido por la misma unidad del Servicio Federal de Seguridad que luego envenenó al líder opositor Alexéi Navalni, que a su vez cumple ocho años de cárcel.
En octubre de 2022 fue distinguido con el Premio Václav Havel de Derechos Humanos 2022 otorgado por el Consejo de Europa