Más de 170 países se comprometieron el jueves en Naciones Unidas a hacer más por los derechos de las mujeres, con Pekín aportando unos 10 millones de dólares a ONU Mujeres, mientras Estados Unidos denunció el "asesinato de millones de niñas" en China.
"Durante los próximos cinco años, China donará diez millones de dólares adicionales a ONU Mujeres", dijo el presidente chino, Xi Jinping, en un video pregrabado que se difundió durante la cumbre virtual, en la que Pekín llamó a realizar en 2025 otra reunión de líderes sobre igualdad de género y empoderamiento de las mujeres.
La secretaria de Educación de Estados Unidos, Betsy DeVos, denunció enérgicamente el trato a las mujeres en Venezuela, Cuba e Irán, en otro mensaje pregrabado.
"Pero el peor infractor, tanto en alcance como en escala, es el anfitrión de la conferencia que conmemoramos hoy", soltó citando a China.
"Desde 1995, el Partido Comunista chino ha sido responsable del asesinato de millones de niñas a través de brutales controles de población a escala industrial, lamentablemente con el apoyo de agencias de la ONU", denunció la funcionaria estadounidense.
Ahora, el Partido Comunista "ataca al grupo étnico de los uigures y otras minorías musulmanas practicando a sus mujeres (...) esterilizaciones obligatorias, abortos forzados y control de natalidad", añadió.
La reunión se organizó al margen de la Asamblea General de Naciones Unidas -donde apenas una docena de mujeres figuraban entre los 170 líderes- para conmemorar el 25 aniversario de la Conferencia Internacional sobre la Mujer de Pekín.
En tanto, Francia confirmó que organizará un foro internacional sobre las mujeres en París en junio de 2021, con asistencia de México. Debido a la pandemia de coronavirus, ambos países cancelaron la reunión inicialmente fijada para este año.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, recordó que a nivel global "una de cada tres mujeres sigue experimentando algún tipo de violencia en su vida".
En 2017, un promedio de 137 mujeres en el mundo fueron asesinadas diariamente por un miembro de su propia familia, señaló Guterres, al explicar que "en algunas partes del mundo, los niveles de feminicidio podrían equipararse a una zona de guerra".