El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones Unidas advirtió este martes que mientras el mundo se enfrenta a la pandemia del coronavirus, también está "al borde de una pandemia alimentaria” que podría desencadenar "múltiples hambrunas de proporciones bíblicas” en unos cuantos meses en caso de que no se implementen medidas de inmediato.
David Beasley, director general del Programa Mundial de Alimentos, dijo al Consejo de Seguridad de la ONU que incluso antes de que el COVID-19 se convirtiera en un problema, ya había informado a los líderes mundiales que "2020 enfrentaría la peor crisis humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial”, debido a los conflictos armados en Siria, Yemen y otras partes, las plagas de langostas en África, los frecuentes desastres naturales y crisis económicas, incluyendo Líbano, Congo, Sudán y Etiopía, indicó.
La advertencia se produce en momentos en que las muertes por COVID-19 superan las 177.000 en el mundo y los contagiados superan los 2.5 millones, mientras muchos gobiernos se muestran ansiosos por salir del confinamiento y la parálisis de sus economías producto de la crisis sanitaria, pero muchos líderes temen que un regreso a la actividad dispare una nueva ola de contagios.
Paralelamente, cunde una tremenda preocupación por los crecientes costos económicos y la tensión social que produce el confinamiento de media humanidad.
El impacto económico de la pandemia puede llevar a una "catástrofe humanitaria", duplicando el número de personas que padecen hambre en el mundo, a unos 265 millones este año, advirtió el PMA.
"Millones de civiles que viven en naciones afectadas por conflictos, incluidas muchas mujeres y niños, están al borde de padecer hambre, con el fantasma de la hambruna como una posibilidad muy real y peligrosa", aseveró Beasley, quien agregó que ese escenario podría darse en una treintena de países.