La periodista Kinana Alloush fue la encargada de difundir nuevas imágenes de Omran Daqneesh, el niño sirio cuya fotografía ensangrentado y cubierto de polvo se transformó en un símbolo de la guerra en Siria durante agosto del año pasado.

La imagen fue captada por el fotógrafo Mahmoud Raslan y en ese momento el gobierno de Estados Unidos emitió una declaración en que se aseguraba que el niño era "el verdadero rostro de lo que ocurre en Siria".

 

Las nuevas imágenes corresponden a una aparición televisiva del pequeño en la que su familia habla por primera vez tras hacerse conocido.

Actualmente se encuentran viviendo en Alepo y el niño está con buena salud. La ciudad, está controlada por fuerzas leales a Bashar al-Assad. El padre narra que cambió el nombre y el look de su hijo para evitar represalias de opositores.

Sin embargo, The Guardian siembra dudas sobre la legitimidad del relato. "No está claro si la familia ha sido coaccionada en la realización de la entrevista. El gobierno sirio ha llevado a cabo esfuersos similares de desinformación en el pasado", se plantea.

El medio consigna que la periodista Kinana Aloush es partidaria de al Assad y en el pasado ha posteado selfies con cadáveres de fuerzas rebeldes.

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