AFP
El expresidente estadounidense Barack Obama volvió a la arena política este jueves para apoyar a dos candidatos demócratas, abandonando el bajo perfil que había mantenido desde que dejó la Casa Blanca en enero.
El exmandatario demostró no haber perdido nada de su popularidad ante los activistas demócratas, que hicieron cola para esperarlo con horas de anticipación y volvieron a cantar "Yes, we can" (sí, podemos), el lema que lo impulsó a la victoria cuando era un joven senador demócrata de Chicago.
Más de 6.000 personas se reunieron en Richmond, Virginia, para ver a Obama, de 56 años, salir a apoyar al candidato demócrata a gobernador de ese estado sureño, Ralph Northam.
Entre el público había muchos jóvenes y negros. Algunos llevaban camisetas con la imagen de su "héroe", quien tras dos períodos en el poder ya no puede volver a presentarse a las elecciones presidenciales.
"Necesitamos un nuevo Martin Luther King, y creo que el expresidente Obama puede ser ese líder", dijo Nancy Atkins, una afroamericana entre la multitud, a la AFP.
De traje pero sin corbata, y largamente ovacionado, Obama llamó a los ciudadanos de Virginia a votar para "enviar un mensaje resonante a todo este hermoso país y el mundo".
"Si para ganar una campaña debemos dividir a la población, entonces no podremos gobernar", afirmó, en una alusión velada a Trump.
"Nuestro valor es más alto no cuando menospreciamos a las personas, sino cuando tratamos de elevarlas a todas juntas", agregó Obama.
Descendiente de presidente secesionista
El expresidente demócrata también hizo referencia a los recientes acontecimientos en Charlottesville, una ciudad de Virginia donde una manifestación de activistas de extrema derecha que se congregó en un monumento confederado terminó con violencia.
Obama reveló ser descendiente lejano de Jefferson Davis, el presidente de la Confederación durante la guerra civil estadounidense (1861-1865).
"Debe revolverse en su tumba", ironizó Obama, quien habló además de otro hombre famoso en Virginia: Thomas Jefferson.
El tercer presidente de Estados Unidos (1801-1809) pudo haber tenido esclavos, recordó Obama, pero luchó por la tolerancia y la igualdad de los hombres.
Más temprano, el exmandatario había participado en otro acto de campaña en Nueva Jersey, cerca de Nueva York, para apoyar al demócrata aspirante al puesto de gobernador Philip Murphy.
"La política actual... creíamos haber acabado con eso hace tiempo... ¡La gente tiene 50 años de retraso! Estamos en el siglo XXI, no en el XIX..." bromeó.
Estas dos elecciones tendrán lugar el 7 de noviembre, un año después de la sorpresiva victoria de Donald Trump en la elección presidencial, que tuvo lugar el 8 de noviembre de 2016.
Un silencio casi total
Pero la importancia de estas elecciones es sobre todo por su rareza: los estadounidenses no suelen acudir a ninguna votación antes de las elecciones de mitad de período de 2018.
"Solo hay dos elecciones de importancia este año (en Estados Unidos), y son por las gobernaciones de Nueva Jersey y de Virginia", explicó a la AFP el profesor de ciencias políticas Larry Sabato.
"La idea es obtener una posición ventajosa para las elecciones de mitad de mandato en 2018", explicó.
Desde que dejó la Casa Blanca el pasado 20 de enero, el primer presidente negro de Estados Unidos se ha mantenido al margen del debate político, fiel a la tradición de reserva y bajo perfil que han observado otros expresidentes tras dejar el poder.
Luego de tres meses de vacaciones, comenzó a escribir sus memorias, ha hablado poco públicamente y prácticamente no ha concedido entrevistas.
Las pocas veces que ha roto su silencio ha sido para tratar temas de importancia nacional, como la inmigración, la cobertura de salud y la lucha contra el cambio climático.
La prueba de las elecciones
En Nueva Jersey el puesto de gobernador parece destinado al demócrata Philip Murphy, quien sucedería al republicano Chris Christie, antiguo amigo cercano de Trump con poca popularidad al término de su gestión.
"Los demócratas tienen todo listo para ganar en Nueva Jersey, así que solo Virginia será un terreno en donde la lucha será cerrada", dice el profesor Sabato.
Virginia es importante ya que es el único estado histórico del sur que ganó Hillary Clinton en 2016, y su importancia se acentúa si se tiene en cuenta su cercanía con la capital federal, Washington.
En Richmond, el candidato demócrata Ralph Northam, un exmédico militar, compite contra el republicano Ed Gillespie, y apareció con una pequeña ventaja en una encuesta publicada el miércoles.
Consciente de la importancia de estas elecciones para apuntalar la estrategia de mantener la mayoría en el Congreso, el presidente Trump ha acusado a Northam de luchar en favor de criminales hispanos al apoyar ciudades que son un santuario para inmigrantes ilegales.
En cuanto a Ed Gillespie, un exconsejero de George W. Bush que se ha convertido en un lobista millonario, ha mantenido una prudente distancia del impredecible Trup, que le ha dado su apoyo públicamente.