Un niño de 3 años murió ahogado en un parque acuático de Texas, Estados Unidos, mientras su madre se quedó pegada al teléfono.
Jessica Weaver, una mujer de 35 años, fue acusada por negligencia y de lesión a un niño por omisión, en el caso de la muerte de su hijo Anthony Leo Malave, en el parque acuático Camp Cohen en El Paso.
La mujer fue arrestada el pasado 30 de agosto en Indiana y fue ingresada a la cárcel del condado de El Paso el 22 de septiembre, pero liberada con el pago de una fianza de 100 mil dólares.
De acuerdo a lo recogido por el New York Post, el menor de edad fue sacado por uno de los 18 salvavidas que trabajaban en el parque acuático.
El niño no llevaba chaleco salvavidas, pese a que éstos estaban disponibles para los visitantes.
Por otra parte, se apuntó a la responsabilidad de la madre del niño en el fatal incidente, puesto que testigos describieron que la mujer estaba pendiente de su celular.
El citado medio recogió que el recinto recreacional cuenta con carteles que indican que los niños de 6 años o menos "deben ser atendidos directamente por un adulto nadador" en todo momento y que incluso deben estar siendo supervisados por un adulto que esté cerca.
En esa línea, un testigo indicó que la mujer "nunca miraba hacia arriba ni prestaba atención a nada", dado que estuvo pegada a su teléfono junto a la piscina por más de una hora.
Otro testigo afirmó que vio a la mujer cantando mientras estaba acostada viendo el teléfono por aproximadamente siete minutos, antes que sacaran al menor de edad del agua.
Adicionalmente, se le acusó de haber animado al niño a ir a la piscina antes de alejarse y dejarlo solo.
Por su parte, la defensa de Jessica Weaver ha intentado plantear que la mujer ha sido culpada injustamente por la muerte del niño e incluso presentaron una demanda por un millón de dólares en la que acusaron una "negligencia" grave por parte del parque acuático y sus salvavidas.