El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, reconoció por primera vez que autorizó un ataque contra el grupo militante libanés Hezbolá a través de dispositivos de comunicación como bíperes y walkie-talkies.
Este ataque, que tuvo lugar en septiembre de este año, resultó en una serie de explosiones simultáneas en territorio libanés que dejaron al menos 12 muertos y cerca de 3.000 heridos.
En una reunión con su gabinete este domingo, Netanyahu confirmó que dio luz verde a la operación que, hasta la fecha, no había sido oficialmente asumida por el gobierno israelí.
La acción consistió en la manipulación de dispositivos de comunicación, como buscapersonas, que Hezbolá había adquirido a través de una empresa taiwanesa.
Según fuentes de The New York Times y Reuters, Israel insertó explosivos en estos dispositivos antes de enviarlos a Líbano, donde fueron distribuidos entre los miembros del grupo chiíta.
La operación culminó el 2 de septiembre, cuando los dispositivos fueron activados por un mensaje a las 15:30, lo que provocó las explosiones simultáneas que causaron numerosas víctimas.
Hezbolá, que culpó directamente a Israel, prometió vengar la agresión, mientras que el Departamento de Estado de EEUU indicó que "aún estaba recabando información" sobre el incidente.