AFP

Tres días después de Hiroshima, Nagasaki conmemoró durante la jornada de este domingo el ataque nuclear de Estados Unidos, que arrasó con esta ciudad japonesa y mató cerca de 74 mil personas hace 70 años, en medio de las críticas a una reforma del gobierno que busca fortalecer el rol del ejército.

El 9 de agosto de 1945, la explosión atómica destruyó un 80% de los edificios de Nagasaki, entre ellos su célebre catedral de Urakami, situada a 500 metros del punto de impacto. A la misma hora exactamente de este domingo, los habitantes de la ciudad observaron un minuto de silencio al tiempo que resonaban campanas y sirenas en toda Nagasaki.


El juramento de paz

“Hago un llamado a los jóvenes: no desechen estos testimonios como cosas del pasado, lo que escucharon podría repetirse en el futuro así que cuiden mucho estas esperanzas que les depositamos”, precisó el alcalde de Nagasaki, Tomihisa Taue, ante una multitud de 6.700 personas.

El alcalde invitó “al presidente estadounidense Barack Obama y a los representantes de todos los países que poseen el arma nuclear”, a visitar Nagasaki.


El poder de destrucción del hombre

Las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, a través de estas ceremonias y campañas recurrentes contra las armas nucleares, buscan perpetuar el recuerdo de estos desastres aunque vayan desapareciendo con los años los sobrevivientes de los dos ataques.

Este trágico evento se ha convertido en el símbolo del ilimitado poder destructivo del hombre cuando hace un uso equivocado del progreso de la ciencia y de la técnica
Papa Francisco

Como lo hizo Hiroshima el pasado jueves, el primer ministro, Abe, reiteró la voluntad de Japón de militar a favor de la abolición de armas nucleares y a favor de la no proliferación.

"Renuevo la voluntad de Japón, como único país golpeado por la bomba atómica, de ser un actor del movimiento mundial contra las armas nucleares", declaró, y enumeró las citas internacionales en las que prometió esforzarse para transmitir ese mensaje.

En su sermón dominical, el Papa Francisco recordó a las víctimas. Este "trágico evento" se "ha convertido en el símbolo del ilimitado poder destructivo del hombre cuando hace un uso equivocado del progreso de la ciencia y de la técnica", dijo Francisco.

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