AFP

El astronauta estadounidense Edgar Mitchell, uno de los pocos afortunados que pisó la Luna, adonde llegó como parte del Apolo 14 en 1971, murió a los 85 años, anunciaron su familia y la NASA.

La agencia espacial estadounidense le rindió tributo a Mitchell, quien murió en un hospital en West Palm Beach, Florida (sureste de EEUU), luego de una corta enfermedad, la noche del jueves, en vísperas de celebrarse el 45 aniversario de su alunizaje.

Nacido en Texas el 17 de septiembre de 1930, Mitchell fue el sexto astronauta de la NASA que pisó el suelo lunar, de un grupo de una docena que logró esa hazaña.

Integró junto a Alan Shepard Jr. y Stuart Roosa la misión Apolo 14. 

Charles Bolden, jefe de la NASA, recordó la estupefacción de Mitchell al ver la Tierra desde el espacio.

"Edgar habló de forma poética sobre la vista de nuestro planeta desde la Luna de esta manera: 'De repente, por detrás de la Luna, en movimientos en cámara lenta de inmenso esplendor, emergió una joya centelleante azul y blanca, una luz, una delicada esfera azul con velos blancos en espiral, que se elevaba gradualmente como una pequeña perla en un mar negro de misterio'".

"Era un creyente de la exploración, que fue atraído a la NASA por el llamado del presidente (John Fitzgerald) Kennedy de enviar humanos a la Luna. Él fue uno de los pioneros de la exploración espacial", agregó Bolden.

Cinco años después de haber comenzado a trabajar en la agencia espacial estadounidense, el 31 de enero de 1971, Mitchell despegó del Kennedy Space Center en Cabo Cañaveral, Florida, en la misión Apolo 14, junto a sus dos compañeros.

Mitchell estuvo a cargo de pilotar el módulo lunar, Antares, que se posó en la región del cráter Fra Mauro en la Luna. Allí, los astronautas realizaron una gran cantidad de experimentos científicos y recolectaron más de 40 kilos de piedras lunares para llevar a la Tierra.

La misión culminó exitosamente el 9 de febrero de 1971, cuando los astronautas aterrizaron en el Océano Pacífico.

Mitchell, que estuvo un total de 216 horas y 42 minutos en el espacio, era el único astronauta que aún vivía de esa misión. Roose murió en 1994 y Shepard en 1998. 

En 1972, Mitchell se retiró de la NASA, pero mantuvo una vida activa desde entonces.

Nunca huyó de la polémica, como cuando fundó en 1973 el Instituto de Ciencias Noéticas (Institute of Noetic Sciences), dedicado a fenómenos paranormales, y llegó a decir que creía en OVNIs, aunque no los hubiera visto.

Fue autor de varios libros, como "Exploración psíquica: un reto para la ciencia", de 1974.

El astronauta dejó a su muerte dos hijas, tres hijos adoptados y nueve nietos.

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