Estudios sugieren que la misteriosa hepatitis aguda grave que ha afectado a cientos de niños en todo el mundo podría estar vinculada al coronavirus.
Según recogió Reuters, hay una serie de estudios que apuntan al posible nexo entre el COVID-19 y la misteriosa enfermedad.
De acuerdo a un informe publicado en MedRxiv, los niños contagiados por coronavirus tienen un riesgo significativamente mayor de disfunción hepática posterior.
Y, en esa línea, la mayoría de los niños con hepatitis aguda, que generalmente es rara en ese grupo etario, no informan una infección por SARS-CoV-2. Por contraparte, se ha descubierto que la mayoría de los casos están infectados por un adenovirus llamado 41F, que no ataca al hígado.
Sobre lo mismo, una investigación publicada en The Lancet Gastroenterology & Hepatology indicó que los niños, muchos de los cuales no pueden ser vacunados contra el COVID-19, habrían tenido infecciones leves o sintomáticas por la enfermedad.
Se trata de un trabajo encabezado por los doctores Petter Brodin y Moshé Arditi en el cual se plantea que las partículas persistentes del coronavirus en el tracto gastrointestinal de los niños podrían estar preparando al sistema inmunitario para reaccionar de forma exagerada al adenovirus 41F, con altas cantidades de proteínas inflamatorias que, a la larga, dañan el hígado.
Por lo mismo, sugirieron que se investiguen las posibles evidencias de activación inmunitaria para poder considerar terapias en niños con hepatitis aguda grave.
La misteriosa hepatitis infantil se reportó por primera vez en Reino Unido y ha afectado a cientos de niños en países de Europa, Latinoamérica y Estados Unidos. Hasta el momento, no ha sido detectada en Chile, pero el Ministerio de Salud reconoció una "vigilancia muy activa" luego que se reportara un caso en Argentina a inicios de mayo.