Reuters
Un auge en la minería ilegal de oro en Colombia y Perú está impulsando el tráfico de personas y el trabajo forzoso en las minas y sus alrededores, pero se han dictado pocas condenas por el delito, dijeron investigadores.
En Perú, el quinto mayor productor y exportador de oro del mundo, la explotación sexual y el trabajo forzoso en algunas zonas mineras es una preocupación cada vez mayor, sostiene la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
"La trata de personas tanto en las áreas de minería ilegal y la minería en pequeña escala es un problema creciente en Perú", dijo Jeremy MacGillivray, oficial de la OIM en el país.
Las mujeres y las niñas pobres, sin educación y sin empleo, son vulnerables a las falsas promesas de trabajo como cocineras, limpiadoras y camareras en pueblos mineros, pero a menudo se ven obligadas a prostituirse.
"Alrededor de las minas, surgen ciudades pequeñas que brindan servicios a los mineros, incluyendo restaurantes, bares y burdeles, donde muchas son víctimas de explotación sexual", afirmó MacGillivray vía telefónica a la Fundación Thomson Reuters.
"A menudo provienen de las zonas más pobres de Perú en busca de trabajo", agregó.
El trabajo forzoso, también llamado esclavitud, es un problema en las pequeñas minas de Perú, de acuerdo con el reporte del 2015 sobre Tráfico de Personas del Departamento de Estado de Estados Unidos.
Pero muchos mineros, así como los hombres y los adolescentes contratados para limpiar los árboles, hacer funcionar las bombas y llevar las rocas alrededor de las minas, a menudo no son conscientes de que son víctimas de tráfico de personas.
"Ellos piensan que trabajar en condiciones difíciles y pobres es parte de ser un minero", sostuvo MacGillivray.
Cerca de 3.000 casos de trata de personas se han reportado en todo el Perú desde 2009, incluyendo en la minería, y la mayoría son situaciones de explotación sexual de mujeres y niñas, aseguró.
Algunas, en particular aquellas vírgenes, fueron subastadas entre los mineros.
"En los últimos cinco años, se dictaron pocas condenas por trata de personas en Perú", afirmó MacGillivray.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que la industria de la mano de obra forzada en todo el mundo tiene un valor de 150.000 millones de dólares al año.
Una de las razones de las bajas tasas de condena por la trata de personas en el sector de la minería ilegal es que las minas se hallan a menudo en zonas aisladas de difícil acceso.
En Colombia, las minas de oro y plata ilegales, especialmente en la selva occidental del departamento de Chocó y otras regiones de jungla, son lugares conocidos por el tráfico de personas.
"Grupos de mujeres son transportados en los fines de semana por las redes del crimen organizado para servir a los mineros, mientras que los hombres y los niños son víctimas de trabajo forzoso", dijo Carlos Pérez, coordinador del proyecto en la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito en Colombia, que trabaja contra la trata de personas.
La minería ilegal de oro produce ganancias cinco veces más grandes que las de la cocaína, por lo que es la principal fuente de ingresos para grupos del crimen organizado y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), según la policía.
Tanto el Gobierno de Perú como el de Colombia dicen que están combatiendo la minería ilegal con la confiscación de maquinaria y el cierre de cientos de minas que operan sin licencia.