Miles de personas festejaron la llegada de 2021 en el centro de Wuhan, la localidad china donde empezó la pandemia del COVID-19, con el lanzamiento de globos al aire.
La policía estaba presente en la calle para evitar concentraciones demasiado multitudinarias enfrente del antiguo edifico aduanero, pero esta medida resultó poco efectiva y centenares de jóvenes celebraron el Año Nuevo.
"2020 fue un año muy difícil a causa de la experiencia de la epidemia, especialmente para nosotros que vivimos una experiencia imposible de olvidar", dijo a la AFP Xu Du, un habitante de esta ciudad del centro-este de China.
La mayoría de las personas llevaban mascarilla y se reunieron para asistir a un espectáculo de luces.
Desde finales de enero, Wuhan aplicó un confinamiento muy estricto durante dos meses, pero la vida regresó a la normalidad a mediados de año y las escuelas volvieron a abrir en septiembre.
"China logró controlar muy bien la epidemia", declaró Li Yusu. "Pero hay otros países que están sufriendo por el virus. Espero que estos otros países podrán superar estas dificultades lo más pronto posible", añadió.
Pekín recibió críticas de otros países, especialmente de Estados Unidos, que la acusaron de haber actuado de manera poco transparente durante el inicio de la pandemia y de haber permitido que se dispersara por el resto del mundo.
La justicia china condenó el lunes a la periodista ciudadana Zhang Zhan a cuatro años de prisión tras haber informado sobre el COVID-19 desde el inicio de la crisis sanitaria y haber contradicho la versión oficial de Pekín.
Según los datos oficiales chinos, unas 4.000 personas murieron por el COVID-19 en Wuhan, cuya población es de 11 millones de habitantes.