Mediadores internacionales darán su aval este viernes a la disolución de la organización separatista vasca ETA en un acto en la localidad vascofrancesa de Cambo-les-Bains, sin que esté prevista la presencia de representantes de los gobiernos de España y Francia.

Este acto anunciado como "primordial" para alcanzar "una paz justa y duradera" en el País Vasco sellará la disolución de ETA que, tras décadas de violencia que dejaron más de 800 muertos, anunció el jueves a través de un comunicado el desmantelamiento de todas sus estructuras.

La ceremonia que tendrá lugar en la Villa Arnaga, un suntuoso palacete construido a inicios del siglo XX por Edmond Rostand, el autor de "Cyrano de Bergerac", contará con la presencia de varios mediadores y políticos internacionales, entre ellos el tres veces candidato a la presidencia de México y fundador del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Cuauhtémoc Cárdenas.

También estará presente Gerry Adams, el exlíder del partido nacionalista norirlandés Sinn Féin, considerado el brazo político del hoy inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA), el ex primer ministro irlandés Bertie Ahern y Jonathan Powell, quien se desempeñó como jefe de gabinete del ex primer ministro británico Tony Blair.

Del lado español, se espera la presencia de representantes del Partido Nacionalista Vasco (PNV) y de Podemos Euskadi, pero no se prevé que asista ningún delegado de los gobiernos de Madrid o París.

El foro, que comenzará a mediodía, concluirá con la lectura de una declaración a la que pondrán voz los mediadores internacionales, según se ha adelantado.

 "No habrá impunidad" 

Fundada en 1959 bajo la dictadura de Francisco Franco, ETA anunció el miércoles la disolución completa de todas sus estructuras en una carta difundida en medios de comunicación españoles y dirigida a las figuras involucradas en los recientes esfuerzos de paz.

El jueves proclamó el "final de su trayectoria" en una declaración leída por el veterano dirigente Josu Ternera, fugado desde 2002 y presunto responsable de un atentado que causó 11 muertos en 1987.

El documento, también leído en la Fundación Henri Dunant de Ginebra, asegura que la organización "ha desmantelado totalmente el conjunto de sus estructuras" y "da por concluida toda su actividad política".

No obstante, advierte que sus ex miembros "continuarán con la lucha" por la independencia del País Vasco y Navarra, "cada cual donde lo considere más oportuno".

Madrid ya advirtió a la banda separatista que pese a su disolución no habrá impunidad para sus crímenes.

"Haga lo que haga ETA no va a encontrar ningún resquicio para la impunidad de sus crímenes", dijo el jueves el jefe del gobierno español, el conservador Mariano Rajoy. "No consiguió nada cuando dejó de matar (...) y tampoco va a conseguir nada ahora", añadió.

Organizaciones de víctimas exigen por otra parte que ETA asuma sus responsabilidades criminales y ayude a la justicia a esclarecer 358 asesinatos sin resolver.

Asuntos pendientes 

Tras la escenificación de la disolución de ETA el viernes, España y Francia deberán aún resolver varias cuestiones en suspenso, como el futuro de los cerca de 300 presos de ETA, diseminados en cárceles en ambos lados de la frontera.

ETA lleva años pidiendo su acercamiento al País Vasco. Madrid ha negado cualquier contrapartida a la disolución de ETA, aunque el presidente regional vasco, el nacionalista Íñigo Urkullu, indicó el miércoles al diario El País que Rajoy sería "sensible" a un cambio en la política penitenciaria.

Fundada en 1959 bajo la dictadura de Francisco Franco, acusado de reprimir la cultura vasca, a ETA se le adjudica la muerte de al menos 829 personas en cuatro décadas de violencia por la independencia del País Vasco y Navarra.

Considerada como terrorista por la Unión Europea, ETA asesinó en atentados con bomba o tiros en la nuca a políticos, policías, militares, juristas y civiles, y también recurrió a secuestros y extorsiones.

Pero golpeada por las sucesivas operaciones policiales en España y Francia y ante el rechazo mayoritario de la población vasca, renunció en 2011 a la violencia y en 2017 aseguró haber entregado sus armas a las autoridades francesas.

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