Al menos 51 personas murieron el domingo en dos dramáticos accidentes ocurridos en pocas horas de intervalo en el oeste de Pakistán: un autobús que cayó por un puente dejó al menos 41 víctimas mortales y un naufragio costó la vida a 10 niños.
Una operación de rescate estaba en curso el domingo en el lago Tandam, en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, después de que naufragara una embarcación que transportaba entre 25 y 30 alumnos de una escuela local que iban de excursión, explicó a AFP el oficial de policía Mir Rauf.
Diez niños de entre 7 y 14 fueron hallados muertos y otros 17 pudieron ser rescatados, añadió el policía. Todavía hay tres que siguen desaparecidos.
"El barco se volcó de repente", explicó Muhammad Mustafa, un niño de 11 años que sobrevivió al incidente. "El agua estaba muy fría, mi cuerpo se entumecía, estaba a punto de perder el sentido cuando un hombre me rescató", relató desde la cama de un hospital de la ciudad vecina de Kohat.
Según otro responsable de la policía local, Adbul Rauf, "el barco estaba en mal estado y llevaba sobrecarga".
Horas antes, al menos 41 personas perdieron la vida en un accidente de autobús que explotó luego de caer de un puente, en el norte de la ciudad de Bela, en el distrito de Lasbela, provincia de Baluchistán (suroeste).
Bidones de petróleo
"Los cadáveres están irreconocibles", dijo Hamza Anjum, un responsable del distrito.
El autobús chocó contra un pilar del puente y cayó al vacío, explicó el responsable.
El vehículo había salido de la capital de la provincia, Quetta, y había circulado toda la noche hacia la localidad portuaria de Karachi, situada a unos 700 km al sur.
Un equipo de hombres con maquinaria pesada intentaba mover los restos del metal calcinado.
El autobús transportaba a 48 pasajeros y estaba cargado con bidones de petróleo, según un responsable local de los servicios de rescate, Asghar Ramazan.
"Cuando el autobús se estrelló, inmediatamente se incendió", explicó. "El fuego era tan fuerte debido al petróleo que fue difícil controlarlo".
"Se teme que el conductor pudo dormirse", apuntó Anjum, sin descartar que la velocidad podía también ser la causa de la tragedia.
Se abrirá una investigación para determinarlo. Las pruebas ADN servirán para identificar a las víctimas, que quedaron "muy mutiladas", declaró.
Alta mortalidad en las carreteras
La mortalidad en las carreteras de Pakistán es elevada debido al mal estado de las carreteras, la falta de seguridad vial y la conducción peligrosa.
Los autobuses suelen ir llenos hasta el tope y el uso del cinturón de seguridad no está muy extendido.
En noviembre, un minibús cayó por un barranco en el sur del país y murieron 20 personas, 11 de ellas menores.
En agosto, en las afueras de Multán, capital de la provincia de Punyab, una colisión entre un autobús y un camión cisterna lleno de gasolina causó también una veintena de fallecidos.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 27.000 personas murieron en las carreteras de Pakistán en 2018, última estadística conocida.
Los naufragios con numerosos fallecidos también son habituales en el país, donde muchos barcos navegan en mal estado y van abarrotados de gente.
Muchos paquistaníes no saben nadar, sobre todo las mujeres, víctimas de las tradiciones conservadoras. Las vestimentas completas que tienen que llevar dificultan su supervivencia cuando ocurren estas tragedias en el agua.