El pasado fin de semana en Reino Unido se produjo una tormenta política cuando reflotaron unas polémicas declaraciones que el polémico precandidato laborista, Jeremy Corbyn, tuvo en favor de una administración conjunta de las islas Malvinas con Argentina.
Según dijo Corbyn en 2013 a la BBC "cierto grado de administración conjunta" podría resolver el histórico conflicto.
Para Corbyn, la guerra con Argentina por las Malvinas "respondía a los intereses de [la primera ministra británica] Margaret Thatcher para distraer la atención de sus catastróficos resultados económicos".
Desde entonces nunca se desdijo, y ahora esas declaraciones causan temor en los sectores más conservadores del país -incluso dentro de su propio partido-, cuando su nombre suena fuerte para liderar el partido.
"¡Es una idea repugnante! ¡Una repugnante rendición! No entiendo por qué debería ser así, teniendo en cuenta que los argentinos nunca poseyeron las islas. No tienen ningún derecho sobre ellas", dijo Simon Weston, un veterano que sufrió quemaduras en el 46% de su cuerpo en el conflicto armado de 1982.
"Pienso que su punto de vista coincide con el de una pequeña minoría", declaró a la prensa local el consejero Gavin Short. "También creo que si Corbyn gana el liderazgo del laborismo hará enorme daño al partido", dijo Short.
Corbyn ha sido parlamentario laborista por más de 32 años y encabeza los sondeos para las elecciones internas del 14 de agosto del partido. Ya cuenta con un 53% de intenciones de voto.
Para dar por finiquitado el asunto sobre las islas que se desató el fin de semana, el vocero de Corbyn aseguró este lunes que el líder laborista “propicia un acuerdo negociado que, naturalmente, deberá tomar en cuenta la posición de los isleños". Y concluyó: "Los principios que guían nuestra política son prevenir los conflictos y resolverlos".