AFP

El mandatario venezolano, Nicolás Maduro, prometió este jueves en la noche tomar medidas para impedir que la oposición atente contra su gobierno, al rechazar el "golpe de Estado" contra Dilma Rousseff, tras ser suspendida de la presidencia por el Senado brasileño.

"El golpe de Estado en Brasil es una señal grave para el futuro de la estabilidad de todo el continente. (...) Y sé que ahora vienen por Venezuela. Por eso mañana (viernes), en el marco de la renovación del decreto de emergencia económica, voy a hacer anuncios importantes para defender la paz y la integridad de nuestra República", dijo Maduro en una alocución trasmitida por la televisora estatal.

El gobernante venezolano se refiere al decreto que dictó el 14 de enero pasado por 60 días para enfrentar la aguda crisis de escasez de productos básicos, y que decidió extender por lo que resta de 2016.

"Nosotros asumimos la presidencia del Mercosur dentro de un mes y la cumbre del Mercosur tiene que ser aquí en Venezuela y esto va a afectar, sin ninguna duda", añadió.

Maduro, un aliado político de Rousseff, acusó al mandatario estadounidense, Barack Obama, de estar "detrás del golpe" en Brasil e intentar "acabar con las corrientes progresistas en América Latina"

Más temprano, la cancillería venezolana manifestó a través de un comunicado su "rechazo categórico" a lo que consideró un "golpe de Estado parlamentario en Brasil que, mediante farsas jurídicas de las cúpulas oligárquicas y fuerzas imperiales, pretenden el derrocamiento de la presidenta, Dilma Rousseff".

El mandatario venezolano, así como su antecesor Hugo Chávez (1999-2013), forjaron amplios lazos comerciales y políticos con los gobiernos tanto de Rousseff como del expresidente brasileño Lula da Silva, todos de ideología de izquierda.

Tras la decisión del Senado brasileño de este jueves de enjuiciarla, la primera presidenta de Brasil denunció un "golpe" y urgió a sus seguidores a salir a la calle para resistir.

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