Nicolás Maduro reestructurará su gabinete, informó este domingo la vicepresidenta Delcy Rodríguez, tras el peor apagón en la historia del país y en medio de una fuerte ofensiva de la oposición para sacarlo del poder.

El mandatario socialista "ha solicitado a todo el Gabinete Ejecutivo poner sus cargos a la orden, a los efectos de una reestructuración profunda de los métodos y funcionamiento del gobierno bolivariano para blindar la Patria (...) ante cualquier amenaza", señaló Rodríguez en Twitter.

El anuncio llega luego que el 7 de marzo un apagón paralizara el país durante una semana.

Maduro lo atribuyó a "ciberataques" de Estados Unidos con respaldo de la oposición, aunque el sábado, durante un recorrido por las principales centrales hidroeléctricas, prometió ir a una "transformación profunda" de las empresas del sector.

Los cortes de electricidad son frecuentes en el país petrolero, y sistemáticamente el ministro de Electricidad, general Luis Motta, los atribuye a sabotajes de la oposición, que por su parte denuncia el abandono de la infraestructura y corrupción.

El del 7 de marzo afectó a 22 de los 23 estados, además de Caracas, provocando la interrupción del suministro de agua y el colapso de la banca electrónica, vital ante la escasez de dinero en efectivo.

Recién cinco días después de la falla, Maduro anunció que el servicio de energía había sido restablecido en casi toda Venezuela. 

La emergencia obligó a suspender la jornada laboral hasta el pasado jueves, mientras que las clases se reanudarán este lunes.

 Cambios bajo ofensiva 

En los cambios ministeriales de Maduro suelen predominar los enroques, con un influyente grupo de dirigentes que se alterna el ejercicio de altos cargos.

Las movidas más recientes se produjeron a medidos de junio de 2018, luego de las cuestionadas elecciones en las que el mandatario fue reelegido para el período 2019-2025. 

Rodríguez asumió la vicepresidencia en lugar de Tareck El Aissami, quien a su vez fue nombrado vicepresidente de Economía.

Maduro prometió en esa oportunidad que los cambios buscaban "una revolución económica", en medio de la más grave crisis socioeconómica en la historia moderna venezolana, con escasez de alimentos y medicinas e hiperinflación.

La reestructuración del gabinete también se producirá al calor de la ofensiva del líder opositor Juan Guaidó, reconocido como presidente encargado de Venezuela por más de 50 países, encabezados por Estados Unidos.

Guaidó se proclamó el pasado 23 de enero ante un multitud, luego de que el Parlamento de mayoría opositora declarara "usurpador" a Maduro por estimar "fraudulenta" su reelección el 20 de mayo de 2018.

Sin embargo, el opositor no ha logrado hasta ahora quebrar el principal sostén del heredero del fallecido Hugo Chávez (1999-2013): la Fuerza Armada, con amplio poder político y económico.

Con Maduro, la cuota castrense en el Ejecutivo llegó a 43,7% en 2017 y hoy se ubica en 26,4%, según la ONG Control Ciudadano.

De 32 ministros, nueve son militares y dirigen carteras como Defensa, Interior, Agricultura y Alimentación, además de la petrolera PDVSA -que aporta 96% de los ingresos del país- y el servicio de inteligencia.

Guaidó prepara una movilización nacional hacia el palacio presidencial de Miraflores en Caracas para asumir su control, en fecha por definir, y no descarta pedir al Legislativo que autorice una intervención militar extranjera.

Washington, su más ferviente aliado, tampoco excluye una acción armada para sacar a Maduro, a quien se ha propuesto estrangular económicamente con sanciones como un embargo petrolero que se hará efectivo el próximo 28 de abril.

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