El presidente Nicolás Maduro busca conquistar este domingo el control del Parlamento venezolano en unas elecciones boicoteadas por la oposición, sin respaldo internacional y con baja participación en sus primeras horas.
Más de 20 de los 30 millones de venezolanos están llamados a las urnas en unos comicios en los que el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) busca la "victoria perfecta" y hacerse con el único poder que desde 2015 controla la oposición liderada por Juan Guaidó.
Los primeros centros de votación comenzaron a abrir a las 10h00 GMT y permanecerán abiertos hasta las 22h00 GMT o hasta que no hayan electores en fila.
Aunque en las primera horas de las mañana, muchos de estos puntos estaban vacíos o con pocos electores.
Fue así en una escuela en el centro de Caracas, donde votan casi 12.000 personas y había unas 200 a primera hora, constató la AFP.
"Tengo fe que todo va a salir bien", dijo allí Fany Molina, de 70 años. "Los que se abstienen están errados porque cómo va a permitir uno que los demás decidan por uno, hay que salir a votar".
El proceso ha sido "fluido, están manteniendo todo el sistema de bioseguridad permitido por la OMS y además es muy rápido", comentó Clemente Martínez, un artista plástico de 53 años.
El uso del tapaboca es obligatorio. Marcas en el piso mantienen el distanciamiento físico por la pandemia.
"Rechazar el fraude"
Guaidó, reconocido como presidente encargado de Venezuela por Estados Unidos entre medio centenar de países, llamó a sus seguidores a abstenerse y permanecer en casa.
"Será la mejor forma de rechazar el fraude", escribió en Twitter, acompañado de videos de centros de votación vacíos.
Los grandes partidos de oposición ya se abstuvieron en las elecciones presidenciales de 2018, que consideraron fraudulentas y fue la justificación para que Guaidó se proclamara presidente encargado con el apoyo de Estados Unidos.
Con todo, una pequeña fracción disidente de la oposición buscará ganar alguno de los 277 escaños.
Expertos estiman que la participación será muy baja en medio del desánimo por la crisis económica en el país, con años de recesión, hiperinflación y servicios públicos colapsados.
"Se estima de 70% y 80% de abstención en las parlamentarias", explicó a la AFP Benigno Alarcón, director del Centro de estudios políticos y de gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello.
Félix González, testigo de mesa en Caracas, dijo que la "abstención no favorece a la democracia". "Los cambios se ejercen por medio de la voluntad y la participación masiva. Creo en eso, en la democracia, aquellos que llaman a la abstención, llamándose demócratas, no lo son, la democracia se basa en el voto y en el hecho", expresó el joven de 23 años.
Guaidó llama en paralelo a una especie de plebiscito (7-12 de noviembre) para prolongar el período parlamentario hasta que puedan celebrarse elecciones "libres, verificables y transparentes".
Pero esa consulta no será más que testimonial, toda vez que Maduro ejerce el control territorial e institucional con el respaldo de la cúpula militar, considerada su principal sostén.
Rechazo internacional
Los comicios han recibido un amplio rechazo internacional.
Estados Unidos ya anunció que no reconocerá el resultado de las votaciones, lo mismo la Organización de los Estados Americanos (OEA).
Washington es el principal aliado de Guaidó y lidera la presión internacional contra Maduro con sanciones económicas, incluido un embargo petrolero vigente desde abril de 2019.
La Unión Europea, que intentó sin éxito que el proceso fueran pospuesto, desestima que las parlamentarias sean "justas, transparentes y creíbles", por lo que su reconocimiento al proceso es poco probable, comentaron fuentes europeas a la AFP.
El chavismo perdió el control del Parlamento en 2015 tras 15 años de hegemonía chavista. Sin embargo, Maduro rápidamente anuló su poder a través de la Corte Suprema de línea oficialista.
Guaidó ha dicho que, pese al resultado de las elecciones, no pretende irse del país ante las amenazas que se han lanzado desde el chavismo sobre una ley contra "traidores" como él.
"Asumo el riesgo de quedarme en Venezuela", dijo a la AFP esta semana.