AFP

El presidente francés Emmanuel Macron llega a Washington este lunes para una visita de Estado de tres días, esperada como una dura prueba de su "amistad" con su par estadounidense Donald Trump, en la que los líderes abordarán sus diferencias sobre Irán y otros temas.

Como antesala, Macron enumeró el domingo en Fox News, la cadena predilecta de Donald Trump, sus argumentos para convencer al presidente de Estados Unidos en los temas que los separan como Irán, pero también Siria y el conflicto comercial entre la Unión Europea y Washington.

Pero esta visita de Estado, la primera de un dirigente extranjero en la era Trump, comenzará el lunes relegando temporalmente los asuntos espinosos y poniendo en primer plano la buena relación entre el líder francés de 40 años y su anfitrión estadounidense.

Menos de un año después de compartir una cena íntima en el segundo piso de la Torre Eiffel, Trump y la primera dama Melania recibirán a Brigitte y Emmanuel Macron para una cena privada en Mount Vernon, la histórica residencia de George Washington al sur de la capital.

Las discusiones diplomáticas comenzaran el martes con reuniones en la Casa Blanca seguidas de una cena de Estado. El miércoles Macron hablará en inglés ante el Congreso.

"No tengo plan B" 

A pesar de las manifestaciones de amistad, los dos hombres tienen profundos desacuerdos, sobre los cuales el mandatario francés espera que la buena relación le permitirá al menos influir en las posiciones de su par estadounidenses.

El punto más contencioso será el acuerdo nuclear con Irán firmado en 2015, que Trump amenaza con desechar si no se endurece para obligar a Teherán a limitar su programa balístico y su influencia en Medio Oriente.

Irán advirtió el sábado que retomaría "vigorosamente" el enriquecimiento de uranio si Washington rompe el acuerdo, lo que sería el primer paso hacia la producción de un arma atómica.

París quiere proponer a Trump un acuerdo complementario entre países occidentales que responda a sus inquietudes. Pero es una incógnita si esas propuestas serán suficientes para cambiar de opinión al presidente estadounidense de aquí al 12 de mayo, cuando tomará su decisión.

"No tengo plan B" para garantizar que Irán no obtenga la bomba nuclear, dijo Macron a Fox News, llamando a defender el acuerdo.

En la agenda también estará la estrategia en Siria tras el triunfo contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI). París y Washington lanzaron bombardeos militares conjuntos contra las fuerzas sirias en respuesta a un supuesto ataque químico del régimen de Damasco contra civiles.

Pero Trump quiere retirar las tropas estadounidenses -unos 2.000 soldados- lo más rápido posible, lo que teme París. Macron se había vanagloriado de haber "convencido" al presidente estadounidense de que "permaneciera más tiempo" en Siria, antes de ser desmentido por la Casa Blanca.

"Rebeldes" 

El líder francés citó el domingo el objetivo común de limitar la influencia de Irán y combatir el terrorismo, al argumentar a favor de un compromiso más largo de Estados Unidos en Siria.

"Si nosotros nos vamos definitiva y completamente (...) le dejaremos el espacio al régimen iraní y a Bashar al Asad, quienes prepararán la próxima guerra y alimentarán un nuevo terrorismo", indicó.

"Incluso después de la guerra con el EI, Estados Unidos, Francia, nuestros aliados, e incluso Rusia y Turquía, jugarán un rol importante para crear esta nueva Siria", subrayó.

Macron, que se ha convertido en el socio europeo de Trump por excelencia, también aprovechará la visita para evitar a la Unión Europea la implementación de tarifas estadounidenses al acero y el aluminio, suspendidas hasta el 1 de mayo.

"No se hace la guerra contra tus aliados", dijo.

A pesar de sus diferencias, sus respectivas victorias electorales, consideradas durante mucho tiempo como inimaginables, los une, un elemento que Macron no olvidó resaltar. "Tenemos una relación muy especial porque probablemente seamos los rebeldes de cada uno de nuestros sistemas", dijo a Fox News.

Ambos también cuentan con los lazos históricos entre ambos países, que se remontan a la ayuda dada por Francia a los próceres independentistas estadounidenses.

Como testimonio de eso, Macron ofrecerá a Trump, un roble que proviene del sitio en el norte de Francia de una batalla de la Primera Guerra Mundial en la que murieron 2.000 soldados estadounidenses en 1918.

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